Debajo del cielo, hay un mar que conduce hacia tu mirada y refleja tu pureza mientras que las olas golpean fuerte contra el muelle de mi corazón.
Debajo de mis sueños, hay un océano de infinita dulzura que se expande y se apodera de cada rincón de nuestro corazón que late al ritmo de cada pececillo que por el navega, tan distraído de la vida que le rodea.
Debajo de mi cama, hay un mundo de flores y diez mil colores esperando ser conquistado y gobernado por aquella sonrisa inmensa color Amor que disparas sin previo aviso cada vez que a mis ojos me miras.
Debajo del cielo, hay un mar con millones de gaviotas volando por aquella bóveda celeste de tonos graduales entre azul, gris, negro, violeta y naranja. Todo depende del atardecer, anochecer o amanecer.
Debajo del cielo, hay dos mil almas gemelas rozando sus manos, declarándose sin decir una palabra el amor que su misma esencia profesa.
Debajo del cielo, voy escribiendo de diez mil formas, diez mil maneras, diez mil colores, diez mil figuras, diez mil idiomas, lenguas y dialectos, el amor tan maravilloso que hoy por ti siento.
Debajo del cielo, invento mundos nuevos, imagino universos remotos, ideo galaxias desconocidas, y me ingenio diferentes modos de incurrir en tu vida sin que lo notes, sin que te des cuenta.
¡Mira qué Hermoso está El Cielo!
Hoy le he pedido a las estrellas que dibujen tu perfil entre las nubes, entre los planetas, entre los asteroides, y pinten su mas fascinante y prodigiosa obra de arte, solo para verte sonreír una vez mas.
Hoy conversé con los planetas. A Venus le hablé del Amor. A Júpiter le hablé de la buena suerte de tenerte. A Mercurio le hablé de Cómo cambiaste mi vida. A Neptuno le hablé de que eres mi realidad y mi verdad. A La Luna de la necesidad de tenerte a mi lado. Pero al Sol, solo le pedí que irradiara de belleza y de luz cada día de tu vida, cada minuto y cada segundo. Y de esta manera, así sea de noche, el seguirá iluminando tus sueños.
Hoy cada uno de mis deseos son para ti.
¡Mira qué Hermoso está El Cielo!
Debajo del cielo hay un bosque color esperanza, cubierto por neblina tensa pero sutil, que al respirar me lleva a la tranquilidad que hay entre tus brazos, el sosiego con el que me regocijo en ti.
Debajo del cielo, hay un desierto baldío de hojas secas y marchitas. Envuelto en arena caliente y árida, que asemeja el tiempo y los instantes de momentos cuando mis ojos no encuentran los tuyos.
Debajo de mis sueños, se encuentran tus sueños arropando los míos. Abrigando cada anhelo con tu manta de cariño para que jamás se resfríen, jamás se debiliten. Tu cobija de Amor ha cubierto cada espacio de mi ser para protegerme de todo mal, de cualquier tempestad.
Debajo de tus sueños, está mi corazón esperanzado con una espada y un escudo dispuesto a luchar contra cualquier tormenta y huracán que se avecine a ti. Con éste escudo desafiaré dragones, fantasmas, espectros o seres malignos que a ti se acerquen. Con ésta espada hecha de Sobreprotección y Amor, velaré cada uno de tus sueños, de tus aspiraciones, de tus deseos y no dejaré nunca que nadie se interponga a ellos.