En las paredes, en los muebles,
en las manijas de las puertas, platos, libros.
Donde tocamos, dejamos nuestra identidad.
Por favor, allí donde vayas hoy
ayúdame a dejar mis huellas, las del corazón.
Huellas de compasión,
de entendimiento y de amor.
Huellas de bondad
y verdadera preocupación.
Deja que mi corazón se acerque a un vecino solitario.
O a una niña que se ha ido de su casa.
O a una madre ansiosa, o tal vez a un amigo querido!
Yo iré afuera a dejar mis huellas,
aquellas del corazón
y ojalá alguien dijera
"Yo hoy te sentí, dejaste tus huellas en mí".
Por favor, vé y deja las tuyas hoy,
cada día,
todos los días.