Yo sé que de noche tú a solas te amas,
como si mis manos lo hicieran contigo; y aunque tan lejanas están nuestras camas, ¿sabes que tus manos retozan conmigo?
Brevería Nº 838
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Temblores Desenreda, mi amada, los temblores, como al viento el pinar se desenreda; si una caricia en cada rama queda, en tu ramaje anidan mis amores.
Los temblores, mi amada, sin temores, querer sin miedo, como quien se hospeda, desarropada de algodón y seda, entre el escalofrío y los ardores.
Avanza como el aire, abierto y puro, cada pezón rosado erecto y duro, en manos y ojos juvenil aplomo
con el temblor rojizo del deseo; entre tus vibraciones te sondeo, y sobre tu desmayo me desplomo.
Los Angeles, 19 de enero de 2005
Soneto Nº 1215
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