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Pero no pudo ser. No me preguntes. Se rompen copas, se derrite el hielo, se van las golondrinas, las hojas secas se las lleva el viento.
Regresaré algún día a Salamanca de la mano gentil de mis recuerdos, pero sin ella, la que deshojara los pétalos sedosos de mi sueño.
Del poema "Casi un proyecto"
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Salamanca (I)
Niña nacida ayer, la primavera da sus primeros pasos por la orilla rufianesca del Tormes; en Castilla la tierra, sin embargo, es siempre austera.
Ni verdea el alcor ni la pradera, su piel, arena seca, parda arcilla; pero es azul el cielo, y el sol brilla terso sobre el pinar y la chopera.
Cuando tu mano roce en Salamanca sus piedras de oro, vuélvete y arranca las huellas por mis manos allí impresas.
Han esperado tanto tu llegada de ferviente mujer enamorada… bésalas, que al hacerlo, a mí me besas
Los Angeles, 30 de marzo de 2005
Soneto Nº 1259 de FAH
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