Ayeres
Hubo un tiempo ya lejano que se deslizó entre mis dedos como el agua, como el grano. Tiempos donde el frío rehuía y corría velozmente de mi lado a otros puertos, en otros barcos. Hoy lo llevo tatuado en mi corazón sin quererlo ni haberlo buscado, frío impuesto, error errado. Nadie entra a la estancia del calor ni toma mi alma de su mano rosa muerta, frío ardiente, tiempo vano. MERRY
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