El suicidio
De este modo no se derramará sangre inocente en la tierra que el Señor
Tu Dios te da por herencia, y tú no serás culpable de homicidio
(Deuteronomio 19: 10).
EL SUICIDIO EN TODAS SUS FORMAS es una violación de la santidad de la vida humana, pues no tenemos derecho de quitar lo que no damos. Dios es el autor de la vida, y no podemos tener la prerrogativa de quitársela a otra persona ni quitárnosla nosotros mismos. En la Biblia se registra el suicidio de varias personas. La Palabra de Dios dice que Saúl, el primer rey de Israel, se quitó la vida ante una muerte inminente: «Saúl mismo tomó su espada y se dejó caer sobre ella» (1 Sam. 31: 4). Judas, quien traicionó a Jesús, lleno de remordimiento también se quitó la vida: «Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y salió de allí. Luego fue y se ahorcó» (Mat. 27: 5). Entre las personas famosas que se suicidaron se cuentan: Empédocles, Cleopatra VII, Sócrates, Hitler, Marco Antonio, Nerón y Séneca. El suicidio es un crimen contra la misma persona. Al atentar contra la propia vida, se viola el sexto mandamiento.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, los países del antiguo bloque comunista ocupan desde hace algunos años los primeros lugares del mundo en suicidios, entre los que sobresalen Lituania, Bielorrusia, Rusia, Kazajstán, Eslovenia, Letonia y Ucrania. Generalmente, se cree que el suicidio «es un problema en el que parece haber consenso entre sociólogos, sicólogos, siquiatras, antropólogos y demógrafos, cuando lo consideran como un rasgo de la modernidad, uno de los males del siglo» (Wikipedia, art. «Suicidio»).
Hoy en día, hay medios para mantener a una persona con vida, aunque tenga un diagnóstico de muerte. Por otra parte, no debemos juzgar como suicida a una persona que de antemano decida que le desconecten los tubos en caso de padecer coma irreversible.
Sin embargo, desde el punto de vista bíblico no debemos juzgar a los que deciden quitarse la vida. Dios es el único que puede juzgar los motivos secretos del corazón.
Que Dios te bendiga,
Julio, 10 2010
De la Red: