La tristeza traviesa
Tengo una tristeza
traviesa, traviesa...
Todas las mañanas
trepa a mi ventana
y al menor descuido
saca del bolsillo
su caja de tizas
y dibuja lágrimas
sobre mis mejillas.
A veces me espía
cuando estoy dormida
y durante el sueño
me esconde la risa.
A veces espera
que esté distraída
y entonces me roba
todas las sonrisas.
Por más que le digo
que yo no la quiero
ella igual se queda.
Por más que le pido
que se vaya lejos
ella igual regresa.
Pero no me importa
que les haga bromas
a mis alegrías.
Yo sé que algún día
un día cualquiera
cuando no me vea
la voy a asustar
y entonces se irá.
Porque ella no sabe
que yo bajo la llave
tengo bien guardadas
muchas carcajadas
y así esta tristeza
traviesa, traviesa,
tendrá que alejarse
y no volverá.