Cristina quería una estampilla con su foto para conmemorar el Bicentenario de la Nación. A los publicistas del gobierno les pareció una buena idea y ejecutaron el proyecto. Cristina lo aprobó y mandó a Correo Argentino hacer 10 millones de estampillas. Cuando la estampilla salió a la calle, Cristina estaba radiante! Pero a los pocos días se puso furiosa al oir reclamos generalizados de que la estampilla no se pegaba a los sobres. La Presidente, inmediatamente, convocó a Casa Rosada a los responsables de la confección y emisión de la estampilla con su imagen, ordenando que investigasen rigurosamente el hecho. Comisiones, grupos, subgrupos y equipos a montones investigaron los centros postales de todo el país, oyeron a los usuarios, a los de atención al público, etc. y, finalmente, descubrieron lo que estaba ocurriendo.  El informe, de más de mil páginas, entregado un mes después, decía: "No hay nada malo en la calidad de las estampillas. El problema es que la gente está escupiendo del lado equivocado"   REALMENTE LAMENTABLE. SUENA A CHASCARRILLO, PERO CUASI VERIDICO.