Hace años que cuando compro zapatos y me molestan, introduzco un trapo humedecido, los coloco con la suela hacia arriba y dejo que la humedad impregne la pala del zapato...cuando están blandos, me coloco unos calcetines me calzo los zapatos y estoy en casa con ellos puestos unas horas, se amoldan a nuestra forma del pie y nunca más vuelven hacer daño ni molestan.
Mi madre siempre decía, que los zapatos los podemos cambiar pero los pies no, si nos los desgraciamos no tienen arreglo.
Un saludo...
guguen