La caridad de olvidar
Cuántos dicen: “Yo perdono” y añaden: “pero no me reconciliaré nunca; no quiero volver a verlo por el resto de la vida”. ¿Acaso este es el perdón según el Evangelio? No; el verdadero perdón, el perdón cristiano, es aquel que echa un velo sobre el pasado; el único que os será tomado en cuenta, porque Dios no se contenta con las apariencias: sondea el fondo de los corazones y los pensamientos más secretos; no se le engaña con palabras y vanos simulacros. El olvido completo y absoluto de las ofensas es propio de las grandes almas; el rencor es siempre una señal de bajeza y de inferioridad. No olvidéis que el verdadero perdón se reconoce en los actos mucho más que en las palabras. (PABLO, apóstol, Lyon, 1861).
En nuestra condición de aprendices de la ley de Dios, frecuentemente hacemos un esfuerzo para perdonar, pero raramente para olvidar. Habitualmente traemos conozco, para todos los lugares, el inventario completo de ofensas recibidas en nuestras vidas.
Podemos lograr perdonar, pero muchos de nosotros se irán acordar incesantemente de lo que fue hecho. Eso hace con que el perdón sea ineficiente, especialmente para lo que lo recibe.
Cual es el objetivo principal del perdón? Como una expresión de amor fraternal, “o perdón verdadero, el perdón cristiano es aquel que lanza un velo sobre el pasado”. Eso significa que la persona perdonada tiene una oportunidad de empezar de nuevo, tentar nuevamente, y aquél que perdona consigue alcanzar a la paz.
Enséñanos el Evangelio Según el Espiritismo que Jesús no ha prohibido la censura al mal, si la persona que la pronuncia tiene autoridad moral para hacerlo – y sólo la intención de ayudar y educar. Además, los Benefactores Espirituales, en diversos libros de contenido edificante, han enseñado que, una vez extraída de lección de determinado acontecido, se debe seguir adelante, perdonándose a si mismo y a los otros, concediéndoles plena condición de se rehabilitaren.
Si constantemente acordarmos e censurarmos a alguien por sus errores, fuera del contexto y intenciones esclarecidas por Jesús, aunque de manera sutil, indirecta, estaremos destruyendo los beneficios del perdón. Privaremos la otra persona de la oportunidad de empezar de nuevo – y nos quedaremos sin la oportunidad de tener paz.
Hagamos nuestro mejor para perdonar de verdad, permitiendo que el futuro sea totalmente nuevo, totalmente liberto del pasado. Eso es caridad real y también una valiosa receta para la salud mental – de lo que perdona e de aquél que recibe el perdón.
Hasta luego, si Dios lo permitir,
Euzébia Noleto http://www.euzebianoleto.com.br
Boa semana para o grupo.
Beijinhos da Cisbela
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