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Más de 3.000 prostitutas holandesas comenzarán a pagar impuestos luego del vencimiento de su excención fiscal. La actividad fue legalizada en 2000, y ahora las autoridades exigen que comiencen a pagar impuestos.
Se acabó la exención fiscal para meretrices holandesas. El gobierno quiere que las más de 3.000 mujeres que de dedican a esta profesión comiencen a aportar al Fisco.
Entre los recortes presupuestarios y la caída de la recaudación, la Hacienda holandesa advirtió a las trabajadoras del oficio más antiguo del mundo, que se exhiben en los famosos escaparates del Barrio Rojo de Amsterdam y muchas otras ciudades del país, que esperen una visita del recaudador de impuestos, que será estrictamente de negocios.
Las meretrices serán notificadas de sus obligaciones fiscales y de cómo deben pagar los impuestos sobre los ingresos que obtienen.
Para que no haya engaños en una profesión en la que se suele pagar en metálico y sin facturas, las autoridades holandesas investigarán cuántos clientes recibe una prostituta en promedio al día para conocer cuáles son sus ingresos.
La prostitución florece en Amsterdam desde el siglo XVII, cuando Holanda era una potencia naval y los marineros bajaban a tierra en busca de diversión. La actividad fue legalizada en 2000, y ahora las autoridades exigen que comiencen a pagar impuestos.
La Oficina Central de Estadísticas estima que la prostitución mueve alrededor de 660 millones de euros anuales, lo que supondría un gasto de 50 euros por persona en un país de 16 millones de habitantes, aunque hay que recordar que muchos de los clientes son turistas.
Según la ley holandesa, las prostitutas deberían pagar un IVA del 19 por ciento en cada transacción, además del correspondiente IRPF sobre sus ganancias netas, que van desde el 33 por ciento para alguien que sume menos de 18.000 euros al año, hasta el 52% para las personas que ganan más de 54.000 euros.
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