Fija plazos
para todos los objetivos que sean tangibles y medibles, tales como un incremento
en los ingresos o en el patrimonio neto, la pérdida de un cierto número de kilos
o correr un determinado número de kilómetros. Pero no establezcas fechas límites
para objetivos intangibles como desarrollar la paciencia, amabilidad,
autodisciplina y otras cualidades personales.
Cuando
estableces un plazo para un objetivo tangible, lo programas en tu mente y
activas el “sistema compulsivo” de tu subconsciente, el cual te asegura que,
como muy tarde, alcanzarás dicho objetivo por esas fechas.
Cuando
estableces una fecha límite para el desarrollo de una cualidad personal, este
mismo sistema compulsivo asegura que tu fecha límite será el primer día en que
comiences a demostrar realmente la cualidad que has elegido.
A menudo
la gente se resiste a establecer plazos por miedo a no conseguir sus objetivos
en la fecha fijada. Hacen todo lo posible, incluso dejar en el aire la fecha de
consecución, para así evitar una posible sensación de
frustración.
¿Qué ocurre si
estableces un objetivo y un plazo y no lo alcanzas en la fecha límite
establecida? No ocurre nada; lo único que tienes que hacer es fijarte otro
plazo. Esto sólo quiere decir que no estás todavía preparado, que hiciste una
previsión errónea o que fuiste excesivamente optimista.
Si no consigues
tu objetivo en el nuevo plazo, fíjate otro plazo más hasta que finalmente lo
alcances. Mi amigo Don Hutson, preparador de vendedores, dice que “no hay
objetivos irreales, sino plazos irreales”.
No obstante, si tus metas son lo
suficientemente realistas y tus planes lo suficientemente detallados y si además
observas estos planes con la máxima fe, es muy probable que en el ochenta por
ciento de los casos alcances tu objetivo en la fecha marcada.
Si tu propósito
principal definido tiene un plazo de dos, tres o cinco años, el paso siguiente a
dar es dividir este objetivo en subobjetivos a noventa días y luego subdividir
éstos en otros de treinta días.
Con tu objetivo
a largo plazo representando tu monte Olimpo, te será fácil establecer objetivos
realistas a corto y medio plazo, lo que te permitirá progresar día a día de
forma continua y uniforme.
QUE
TENGAS UN...
Y UN
FELIZ...