El domingo 31 de mayo por la noche lo encontré raro.
Habíamos quedado en un bar para tomar una copa.
Estuve toda la tarde charlando y tomando un té con unas amigas y pensé
que era culpa mía
porque llegué un poco tarde, pero él no hizo ningún comentario.
La conversación no era muy animada, así que le propuse ir a un lugar más
íntimo para poder charlar tranquilamente. Fuimos a un restaurante y él
seguía portándose
igual.
Estaba como ausente. Intenté que se animara, y empecé a pensar si sería
por culpa mía o por cualquier otra cosa. Le pregunté y me dijo que no
tenía que ver conmigo.
Pero no me quedé muy convencida.
En el camino para casa, en el coche, le dije que lo quería mucho y él
se limitó a pasarme el brazo por los hombros, sin contestarme. No sé
cómo explicar su actitud, porque no me dijo que él también me quería, no dijo nada y yo estaba cada vez más preocupada.
Llegamos por fin a casa y en ese momento pensé que quería dejarme. Por
eso intenté hacerle hablar, pero encendió la tele y se puso a mirarla
con aire distante, como haciéndome ver que todo había terminado entre
nosotros. Por fin desistí y le dije que me iba a la cama.
Más o menos diez minutos más tarde, él
vino también y, para mi sorpresa, correspondió a mis caricias e hicimos
el amor, pero seguía teniendo un aire distraído. Después, quise afrontar la situación, hablar con él cuanto antes, pero se quedó dormido. Empecé
a llorar y lloré hasta quedarme adormecida. Ya no sé qué hacer.
Estoy casi segura de que sus pensamientos están con otra.. Mi vida es un
auténtico desastre.
2. - DIARIO DE ÉL :
Ayer bajó er beti, bueno, por lo menos follé...