LOS ANGELES.- La actriz británica Elizabeth Taylor, famosa por sus deslumbrantes ojos de color violeta, sus ocho matrimonios y su brillante carrera cinematográfica, murió a los 79 años de edad, anunció este miércoles su agente.
La actriz se encontraba internada hacía un mes y medio en el hospital Cedars-Sinai Medical Center, donde ingresó para ser tratada por síntomas de insuficiencia cardíaca congestiva.
Fue desde su habitación en ese hospital que la protagonista del famoso filme "Cleopatra" siguió la última entrega de los premios de la Academia, además de celebrar su cumpleaños el mes pasado.
La actriz fue diagnosticada con insuficiencia cardiaca congestiva en 2004 y ya había sido operada de un tumor en el cerebro en 1997. En 2006 negó públicamente padecer el mal de Alzheimer.
El regreso triunfal a Norteamérica
Elizabeth Taylor es considerada una de las últimas, si no la última, de las grandes estrellas de la era dorada de los estudios de Hollywood, siempre asociada al mayor de ellos, el de MGM.
Mundialmente conocida como Liz Taylor, la actriz nació el 27 de febrero de 1932 en Londres bajo el nombre Elizabeth Rosemond Taylor.
Era hija de emigrantes estadounidenses en el Reino Unido, con los que regresó a América poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Su padre era mercante de arte y su madre una actriz retirada.
Sus primeras películas fueron cuando aún era una niña, en los primeros años 1940, junto a grandes nombres de Hollywood como Orson Welles y Spencer Tracy.
Como actriz, ganó múltiples premios, entre los cuales se destacan el Oscar, el Globo de oro, el BAFTA y el David de Donatello. Gracias a una condecoración de la reina Isabel II de Inglaterra (Dama Comandante del Imperio Británico) recibe el tratamiento de Dame (Dama), equivalente del masculino Sir.
Reconocida por su espectacular y deslumbrante belleza y actuación en películas como "Cleopatra" o "¿Quién teme a Virginia Woolf?", desde los años 50 rápidamente se transformó en uno de los mitos del cine.
Fue también conocida por su tormentosa vida privada y su pasión por las joyas. Era una de las últimas leyendas supervivientes de las estrellas del cine clásico junto a Sophia Loren, Lauren Bacall y Brigitte Bardot.
El American Film Institute la nombró como una de las mejores estrellas femeninas de todos los tiempos.