Si a las puertas de tu corazón toca a menudo la tristeza o la depresión, no las dejes afuera esperando día y noche ni tampoco las ignores. Mejor ponte de pie y ábreles la puerta de una vez, y permite que te entreguen un mensaje mportante. Es sólo cuando abres la puerta de tu corazón y recibes lo que este quiere entregarte, que entonces aquellas cosas que no querías “recibir” pueden en verdad comenzar a pasar.
Yo voy a abrir hasta las puertas de los placards...