Amor a segunda vista: tiene más éxito y es màs duradero
¿Te has enamorado de un amigo al que nunca pensaste mirar
con otros ojos? ¿O con un compañero de trabajo que jamás imaginaste como tu
pareja? Esto es lo que se conoce como el “Amor a segunda vista”, que al
contrario de lo que piensan los más románticos, tiene más posibilidades de éxito
y de mantenerse en el tiempo.
Enamorarse de un antiguo conocido es un tipo de unión en que puede
existir un mayor conocimiento del otro antes de empezar, lo que permite lograr
una relación más estable.
El doctor Guillermo Gabler, psiquiatra de Clínica Alemana, explica
que este tipo de uniones es frecuente en personas adultas, algunas veces
separadas, ya que generalmente, son más maduras, saben lo que quieren, ya no
idealizan tanto el amor y tienen mayor tiempo para armar una relación, mayor
paciencia, y es ahí donde entran los antiguos conocidos con quienes existen
cosas en común, viviendo un verdadero ‘reencuentro’.
Esto porque cuando joven hay menos oportunidades de tener algo previo
que implique intimidad, porque se es más impulsivo y no se consideran otros
factores. Las personas adultas, en cambio, arman relaciones de pareja más
maduras, ocupando mayor tiempo en desarrollarla, con paciencia para ver de ‘otra
forma’ a personas con las que alguna vez se sintió afinidad, por ejemplo,
alguien del mismo grupo de amigos con el que existe una especie de
‘reencantamiento’ a partir de intereses en común.
Ventajas
La principal ventaja en este tipo de amores, es que al haber una
amistad profunda previa, existe un mayor conocimiento del otro antes de empezar
una relación, lo que permite mayor estabilidad. Finalmente, lo que prima es la
búsqueda de intimidad con el otro en el amplio sentido de la palabra, encontrar
al partner, al confidente. Así, pueden darse relaciones más sólidas porque las
personas no se llevan sorpresas desagradables y hay un componente racional mayor
que es el que da más estabilidad.
El doctor Gabler explica que, muchas veces, las parejas funcionan
bien sobre todo en el área más pasional, pero ésta es transitoria. En los
“amores a segunda vista”, en cambio, se construye de manera distinta, a largo
plazo. No son menos pasionales, pero ese componente no es tan impulsivo ni
alocado.