La vida está llena de experiencias y vivencias, tanto positivas como negativas. En nuestro corazón se aloja todo cuanto vivimos con pasión, lo bueno y lo malo. A veces las cosas malas que nos han pasado ocupan demasiado sitio en nuestro corazón.
Pero hay esperanza, pues al igual que en nuestros hogares, la limpieza y el orden es posible, y nuestro corazón también requiere de dicho cuidado. Si aprendemos a desechar lo malo podremos disfrutar al fin de cada día que vivimos…
Siempre estamos guardando muchas cosas en nuestro corazón, cosas como el daño que una vez nos hicieron, las veces que tuvimos que recoger los pedazos de nuestro corazón, motivos de lágrimas que mojaron nuestra almohada, noches de insomnio por no poder resolver tareas pendientes, y todo malos sentimientos que guardamos dentro de nosotras mismas… A lo largo de la vida acumulamos innumerables cosas innecesarias o que incluso llegan a ser perjudiciales para nosotras, cosas que no nos dejan ver la luz. Nuestra vida podría llegar a ser mejor si sacamos de ella esas cosas que acumulamos y sólo estorban.
A muchas personas les pasa como si cada día algo malo les ocurriese, sufren una pérdida diaria, sienten que los días son grises, y es que no pueden ver más allá de los problemas que tienen porque ya están a tope con todo cuanto les sucede y ha sucedido, durante años han acumulado experiencias negativas, y ya no pueden ver más allá. En momentos así hay que saber detenerse y hacer un balance, empezar a valorar si realmente merece la pena seguir con cargando con esas cosas o si es mejor dejarlas a un lado, tirarlas, desecharlas y empezar de nuevo sin los rencores y frustraciones que no nos permiten seguir o mirar hacia adelante.
Cuando tenemos un corazón limpio de buenos sentimientos hay espacio para poder llenarlo de nuevo de amor, de más comprensión y paciencia hacia nuestros seres que nos rodean. Debemos dejar las culpas a un lado si no queremos sentirnos tan miserables en la vida. Hoy mismo es un buen día para cambiar esas actitudes y dar un paso a la felicidad, porque no importa cual injustas puedan ser las cosas que tengamos que estar cargando, sí somos capaces de limpiarnos de las malas actitudes que hemos guardado.
Cuando hemos acumulado porquerías en nuestro corazón, todo cuanto nos rodea se ve afectado por ello. Hemos alejado a nuestras amistades, nuestra pareja e incluso nos hemos alejado de Dios. Todo esto lo podemos recuperar, nuestras vidas pueden volver a tener sentido, pueden volver a tener luz… pero hemos de darles cabida a estas cosas, debemos limpiarnos para hacer lugar a las cosas buenas que la vida nos da.
Los recuerdos siempre serán parte nuestra, pero hay que mirarlos como lo que son, simplemente “recuerdos”. Es bonito recordar, incluso llorar por las cosas que un día nos hicieron sonreír, se puede vivir con esos sentimientos que siempre ocuparan un espacio en un rincón de nuestro corazón , pero también estando muy claras que sólo son eso: recuerdos.
Limpiemos nuestras heridas así como nuestro corazòn.
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