Alguien me dijo que yo era
optimista...
Más bien es realismo mágico.
Realismo mágico significa
tener la mirada en el cielo
y los pies en la tierra.
Cuando sólo sueñas, te evades
del mundo
cuando sólo haces y haces, pierdes el rumbo.
La vida requiere un equlibrio
entre tus ideales y tu realidad tangible.
¿Puedes verlo?
Frente a ti está la realidad,
enorme, majestuosa, inamovible,
tan vasta como un desierto,
y tu misión es
atravesarlo.
Comienzas a andar descalzo...
¿qué será más práctico?
¿Ponerte sandalias o mandar alfombrar el
desierto?
La realidad es como una
moneda:
el pesimista ve el lado de abajo,
el optimista ve el lado de
arriba.
¿Cuál quieres ver tú?
Te acaban de despedir o tu
pareja terminó contigo,
esas experiencias son duras, duelen, eso es
real.
De ti depende quedarte anclado en el dolor, en el
reproche,
revolcándote en el sufrimiento, preguntándote: "¿por qué a
mí?"
Hay otro camino, también
duele, también es real, pero TE LIBERA.
Tomar la experiencia como una
lección de vida, donde todo es aprendizaje
y tu pregunta sea: "¿para qué?
¿qué tengo qué aprender de esto?"
Me cuestionaba un amigo que
si yo no sentía, que siempre me veía optimista, cool, le
respondí:
La persona feliz también se
enoja,
la persona feliz también tiene problemas,
la persona feliz también
se pone triste...
y sin embargo, ES FELIZ.
Donde la felicidad no es un
estado de euforia permanente o una emoción pasajera,
la felicidad es un modo
de ver la vida, es una actitud.
¡Claro que me enojo! Y lloro,
grito, me frustro, me entristezco.
Pero en lugar de lamentarme y desgastar mi
energía vital en justificaciones,
la invierto en fortalecer a mi guerrero
interno.
Cuando llega la prueba tu
maestro interno te pide despertar a tu guerrero,
luchar, avanzar, crecer como
ser humano.
En el realismo mágico si
siembras flores, cosechas flores;
si siembras piedras, cosechas piedras.
Y
sin embargo, hay quienes siembran piedras esperando cosechar flores.
Eres lo que has hecho
hasta hoy.
De ti depende seguir por ese camino o modificar el
rumbo.
Eso significa hacer
magia real,
es decir, convertir los pensamientos en
acción.
Lo que antes estaba sólo en tu mente, ahora es visto por
todos.
De tal modo, que tú ya has hecho magia alguna vez en tu vida.
Medítalo un instante:
¿Cuándo has deseado algo en tu mente y en tu corazón
para luego cumplirlo
en la realidad?