El
Perdón pertenece al presente, el Resentimiento es parte del
Pasado ¡Al Pasado hay que
actualizarlo!
| Las
personas somos presa de nuestros hábitos, de esas viejas costumbres adquiridas
en el pasado, si esto es cierto vamos entonces a adquirir nuevos y mejores
hábitos y a ponerlos en práctica. Se dice que en el desarrollo humano la
actualización del pasado es eliminar los pensamientos, emociones y acciones
cotidianas que afectan la consecución de las metas planteadas. Que los nuevos
hábitos se adquieren practicándolos con frecuencia, la frase misma lo dice “La
Práctica hace al Maestro” El resentimiento no es otra cosa que traer el
pasado al presente, nuestro ayer a nuestro hoy, el resentimiento significa
re-sentir, volver a sentir, pero volver a sentir lo negativo, la rabia, la ira,
el odio en contra de las cosas o personas que nos dañaron y eso hace que se
pierda el objetivo real e importante de nuestra vida. El resentimiento
genera pensamientos de revancha, desquite y coraje mal enfocados. Estar
alentados a actuar por los resentimientos es existir pero no vivir y creo yo que
el objetivo principal de todo ser humano es vivir, exigirle a la vida misma lo
que por derecho nos corresponde, lo que realmente nos merecemos, no lo que
necesitamos porque todos necesitamos algo, pero no todos lo merecemos. De
manera muy particular he entendido que para merecer hay que hacer, tenemos que
pagar un precio, y quizá a veces un precio muy alto, pero que el esfuerzo, la
dedicación, la privación y el sacrificio hecho valga la pena por algo
constructivo, positivo, gratificante y no aferrarme a pagar un precio de dolor,
desdicha, sufrimiento y atarme a un resentimiento que lo único que provoca es
contaminar mi hoy, mi presente que es en realidad lo único que me pertenece y
puedo controlar. Del pasado no puedo cambiar nada de lo vivido, el mañana
aún no llega y para ser honesto no sé si llegara, pero para morir necesito estar
vivo y eso es realmente lo que me importa, tener la oportunidad de disfrutar mi
momento, mi aquí y ahora y no verme en futuro mirándome en el espejo de la
realidad y como la gran mayoría de las personas voltear hacia atrás para
descubrir cuanto tiempo he perdido. Quiero compartir contigo una historia,
había de un niño de 5 años de edad, su nombre Juanito, él estaba en el patio de
su casa jugando con sus muñecos, en eso se aparece el Sr. Destino y le dice:
Juanito vengo por ti para tengas éxito, el niño le contesta, ¿éxito?, no Sr. yo
no quiero eso, ni lo conozco, nunca he oído hablar del, váyase, a mí solo me
interesa jugar con mis muñecos, las caricaturas y mis amiguitos´. El Sr.
Destino se dio media vuelta y se fue, pero regreso cuando Juan tenía 20 años,
Juan vengo por ti para tengas éxito y Juan contesta, no Sr. yo no tengo tiempo
para el éxito, a mi me preocupa más mi escuela, mis tareas, mi novia, mis
amigos, las fiestas, la diversión, no Sr. no tengo tiempo para el éxito, el Sr.
Destino se retiro, pero regreso cuando Juan tenía 38 años, casado y ya con 2
hijos, ahora sí Juan vengo por ti para que tengas éxito, a lo que Juan
respondió, no Sr. ahorita no tengo el tiempo para el éxito, mire mi prioridad
son mi familia, mi esposa, la renta, la hipoteca de la casa, la escuela de mis
hijos, su colegiatura, mi trabajo, los impuestos, mi ascenso, no Sr. no tengo
tiempo para el éxito, gracias. El Sr. Destino se dio la media vuelta y se
retiro, pero volvió cuando Juan tenía 68 años, cansado, enfermo y en una cama,
Juan ahora sí, vengo por ti para tengas éxito, de aquel hombre salieron unas
palabras, que más que un susurro, parecieran un reclamo, …Sr Destino ¿cómo te
atreves a pedirme a que tenga éxito ahora, que no ves que estoy enfermo, en ésta
cama y mis 68 años de edad?… Sr. Destino si tu hubieras venido antes quizá yo te
hubiera oído, quizá yo te hubiera hecho caso. Entendí con esta historia que
el si yo hubiera no existe, el si yo hubiera es no tener responsabilidad propia,
entendí que de lo que se trata la vida es de tener esa responsabilidad propia.
Estoy de acuerdo en que también hemos cometido fallas y errores, pero
tenemos que aprender de ellos, son nuestra escuela y la posibilidad de entender
a los demás, de perdonar, de crecer y trascender. Raquel Levinstein en su
libro “El Infierno del Resentimiento y la Magia del Perdón” nos plantea una
reflexión que dice algo como esto “Vida, no soy lo que quiero ser. Seguramente
no soy lo que debo ser, pero gracias, gracias infinitas, porque hoy por hoy, ya
no soy lo que era ayer” Así que en tu aquí y ahora replantea tus objetivos,
reconstruye tu persona, reinventa tu vida y decrétale con fe, con certeza, con
convicción. Renuncia a sufrir, decrétalo, grítalo, escríbelo, comprométete
contigo mismo a respetarte y darte amor y todo lo bueno que ésta vida tiene para
ti. Renuncia primero a lo que no quieres, luego elige y afirma lo que deseas
para ti, logra una tranquilidad en tus pensamientos, porque recuerda que tus
pensamientos llevados a la práctica se vuelven una realidad. ¡Disfruta la
vida!
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