Pues ahí andaba el General Villa con su tropa como de cincuenta cabrones, cabalgando hechos la madre, con una polvadera tan cabrona que sólo se veía él hasta adelante; cuando, de pronto y sin ningún aviso.....maaaadres!!!!
Que se detiene intempestivamente!!!!
Y dice el Gral:
- Teniente Sánchez!!!!!!!!
- Sí, mi General, dígame!!!!!!
- Oiga, no trai d'esa cremita de cacao pa' los labios que los tengo bien resecos?
- Mmmm, déjeme buscar... Pos'no mi General ya no tengo!
- Uhh que la chingada!
Villa se baja del caballo y se va para la parte posterior del animal, le agarra la cola, la levanta y pinche besote que le pone en el culo.
Ante el asombro del teniente Sánchez y de los demás, éste le pregunta:
- Oiga, mi General, fie'se que no me sabía ese pinche remedio!
Usté sí que es cabrón, chingao!
Oiga, mi General, y qué con eso ya se le quita lo reseco de los labios?
Y el General contesta:
- Pos no cabrón, pero al menos ya no me los chupo!