Impresionante, muy Profunda y temprana despedida de Nancy Iriarte
Díaz a Hugo Chávez; fue publicada el 9 de agosto de 2011 en uno de los
periódicos venezolanos de mayor circulación “El Universal”
Algunas consideraciones sobre tu muerte: No quiero que
te marches de esta vida sin antes despedirnos, porque has hecho un mal inmenso
a mucha gente, has arruinado a familias enteras, has obligado a legiones de
compatriotas a emigrar a otras tierras, has vestido de luto a incontables
hogares, a los que creías tus enemigos los perseguiste sin cuartel, los
encerraste en ergástulas que no lo merece ni un animal, los insultaste, los
humillaste, te burlaste de ellos, no solo porque te creías poderoso, sino
inmortal... porque el fin de los tiempos no era contigo.
Pero llegó tu turno, los plazos se acaban, el término de tu
contrato llega a su fin, tu "ciclo vital" se apaga poco a poco y no de la mejor
manera; probablemente morirás en una cama, rodeado de tu familia, asustada,
porque va a tener que rendir cuentas una vez que des tu último aliento, te vas
de esta vida lleno de angustia y de miedo, allí van a estar los curas a quienes
perseguiste e insultaste, los representantes de esa Iglesia que ultrajaste a
placer, claro que te van a dar la extremaunción y los santos óleos, no una, sino
muchas veces, pero tú y ellos saben que no servirá de nada, es solo para calmar
el pánico que hace presa a tu alma ante el momento que todo lo define.
Mueres enfermo, padeciendo el desahucio, las complicaciones
inmunológicas, los terribles efectos secundarios de las curas que prometieron
alargar tu vida, tus órganos se van apagando uno a uno, tus facultades van
perdiendo el brillo que las caracterizaba, tus líquidos y efluvios son
colectados en bolsas plásticas con ese hedor a muerte que tanto te repugna.
Dime si en este momento, antes de que te apliquen una nueva
inyección para calmar los dolores insoportables que padeces, vale la pena que me
digas que no te pueden quitar lo bailado, ¡ah! los viajes por el mundo, los
maravillosos palacios que te recibieron, las paradas militares en tu honor, las
limousines, los títulos honorarios, los pisos de los hoteles cinco estrellas,
las fastuosas cenas de Estado... dime ahora que vomitas la papilla de auyama que
te tratan de dar las enfermeras, si era de eso de lo que se trataba la vida,
pues ese brillo y el oropel ya no están entre los monitores y máquinas de
resucitamiento que te rodean, esas marchas y aplausos ahora son tonos y alarmas
de sensores que regulan tus signos vitales que se hacen más débiles.
¿Puedes escuchar al pueblo de tu país afuera de tu cuarto?... debe
ser tu imaginación o los efectos de la morfina, no estás en tu patria, estas en
otro lado, muy lejos, entre gente que no conoces... sí, estás muriendo en tu
propio exilio, entre una banda de pilluelos a quienes les has tratado de
entregar tu propio país, tus últimos momentos los pasarás entre chulos y
estafadores, entre tu corte de aduladores que solo te muestran afecto porque les
dabas dinero y poder, todos te miran preocupados y con rabia, nunca dejaste que
ninguno de ellos pudiera tener la oportunidad de sucederte, ahora los dejas al
descampado y tu país al borde de una guerra, ¿Era eso lo que querías? ¿Fue esa
tu misión en esta vida? Olvídate del cuento de los pobres, ahora hay más pobres
que cuando llegaste al poder, olvídate de justicia e igualdad cuando
prácticamente le entregaste el país a una fuerza extranjera que ahora tendremos
de desalojar a la fuerza y a costas de más vidas.
Tengo la leve impresión que ahora sabes que te equivocaste,
creíste en un cuento de camino y te creíste revolucionario, y por ser
revolucionario... inmortal, convocaste a tu lado a los muertos, a tus héroes, a
esos fantasmas que también creíste con vida, a Bolívar, al Che, a Fidel, al Marx
que nunca conociste y que recomendabas su lectura... el andar con muertos te
llevó a la magia y a los babalaos, te metiste a jurungar tumbas, y a ofrendarle
a una corte de demonios y malos espíritus que ahora te acompañan... ¿Sientes su
presencia en el cuarto? Vienen a cobrar, a recoger lo único que tenía valor en
tu vida y que tan malamente apostaste por la oscuridad y el mal, tu alma.
Bueno, me despido, solo quería que supieras que pasarás a la
historia como un traidor y un cobarde, que no rectificaste cuando pudiste, te
dejaste llevar por tu soberbia, por tus ideales, por tu ideología renunciando a
los más preciado, a tu libertad y a la libertad de los otros, y la libertad nos
hace humanos. > > > "*El Socialismo solo funciona en dos lugares: >
en el Cielo, donde no lo necesitan, > y en el Infierno donde ya lo tienen*"
*Nancy Iriarte
Díaz*