Pasé hacia
ortopedia: no podía caminar al lado de mi hermano, y tampoco podía abrazarlo
porque me había fracturado al tropezar con mi vanidad. También me encontraron
miopía, ya que no podía ver más allá de las apariencias; cuando me quejé de
sordera Jesús me diagnosticó quedarme sólo en las palabras vacías de cada día.
GRACIAS SEÑOR, porque las consultas son gratuitas, por tu gran
misericordia. Prometo, al salir de aquí, usar solamente los remedios naturales
que recetas en el Evangelio... Al levantarme tomaré un vaso de AGRADECIMIENTO.
Al llegar al trabajo, una cucharada sopera de BUEN DÍA. Cada hora un
comprimido de PACIENCIA y una copa de HUMILDAD. Al llegar a casa, SEÑOR, voy a
tener diariamente una inyección de AMOR, y al irme a acostar dos cápsulas de
CONCIENCIA TRANQUILA.
¡¡¡¡¡ GRACIAS SEÑOR !!!!!
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