Mel Campos
Se fue el tiempo de las amistades en la infancia,
firmado por la eternidad, donde apenas el mirar establecía
una comunicación y las confidencias era un papel seguro .
No se sabe lo que ha pasado desde entonces, creo que
el mundo globalizado y el exceso de información de
algún modo ha contribuido para el dialogo sincero, el
hombro amigo, el abrazo fuerte.
La vida diaria nos afecta a las personas de tal manera
que cuando percibimos una amistad inmediatamente
la catalogamos en una nomenclatura específica: amistad
de conocido, amistad de trabajo, amistad colorida,
amistad de relaciones, pero no se ven amistades
de vida.
Mandamos e-mails generalizados para no olvidar
a alguien, creamos vínculos digitales para no
perdernos la solidaridad; si un amigo dice a otro que
lo quiere o ama, se puede mal interpretar,
por eso es mejor callarse.
Los valores se van perdiendo por tanta violencia,
desconfianza, oportunismo y nos tornamos cada
vez mas solitarios.
Precisamos revertir nuestra vida, abrir el corazón,
procurar los viejos amigos, crear nuevos, confianza
y respeto a los limites de cada quien, tengo la certeza
que así seremos mas felices.
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