En tus ojos, Dios ha depositado 100 millones de receptores que te permiten gozar de la magia de los colores, la luz, la simpatía de las personas y la majestad de la naturaleza…Dedicamos mucho tiempo pensando en lo que nos hace falta y casi nunca nos detenemos a recordar y agradecer a Dios la luz que nos regala día a día…
No te entristezcas por lo que no pudiste ser, agradece por los dones que Dios puso en tu vida, tu familia, tus amistades y las oportunidades de ser alguien importante...
Cuenta tus bienes y tus alegrías. No pierdas tiempo en “pensamientos pesimistas” y “recuerdos tristes”
¿Y sabes por qué?...¡¡¡ Porque vales M U C H Í S I M O!!! Para Dios no tienes precio.
Me gustò y se los envio.
Mara