Había una vez, hace ya mucho tiempo, un anciano sufí
que vivía a la entrada de un pueblo, junto a un pozo de agua.
Un día acertó a pasar por allí un jóven y entabló
la siguiente conversación con el anciano:
- Nunca he venido por esta región, ¿cómo es la gente de aquí?
-¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de donde vienes?
-Egoistas y malvados; por eso me alegra haber salido de allí
-Así son los habitantes de esta ciudad
Horas después pasó otro jóven e hizo también una pregunta :
-Buenos días, sabio anciano. Soy nuevo por aqui..,
¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?
-¿Como son los habitantes de la ciudad de donde vienes?
-Buenos, generosos y honestos. Tantos amigos tenía allí
que mucho me ha costado irme
-También los habitantes de esta ciudad son así
Extrañado, un hombre que escuchó ambas conversaciones,
le preguntó al anciano cuando quedaron solos:
-¿Cómo puedes dar dos respuestas totalmente
diferentes a la misma pregunta ?
-Mira -contestó el sabio anciano- ,
cada persona lleva el universo en su corazón.
Quien no ha encontrado nada bueno en su pasado,
tampoco lo encontrará aquí. En cambio, aquél que tenía amigos,
también aquí los encontrará.
Porque las personas son lo que encuentran en sí mismas...
Me gustò y se los envio.