|
General: solo un tiempo
Elegir otro panel de mensajes |
|
De: finamex (Mensaje original) |
Enviado: 05/02/2012 01:24 |
|
|
|
|
SOLO UN TIEMPO CON DOS
Tenia unos tres días de no tener un tiempo intimo con Dios, la verdad es cuando estoy así me siento tan desmotivado en cada área de mi vida y descubro que Dios es la motivación de mi vida. Hoy tuve un tiempo increíble con Dios y me di cuenta que a Dios no le interesa tanto cuanto tiempo trabajo para El sino cuanto tiempo paso con El buscándolo y adorándolo, con esto no quiero decir que debo hacer esto todo el día y olvidarme del trabajo, lo que quiero decir es que cuando pongo a Dios como una prioridad en mi agenda es increíble como todo lo demás resulta tan fácil de realizar. Una de las cosas que le pedí hoy a Dios es “cambia todo lo que no te agrade de mi” y el me respondió a mi corazón y me dijo: “yo estoy haciendo mi parte haz tu la tuya”, después me llevo al salmo 139:16 que dice:
“Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos”.
Cada día de tu vida ya fue diseñado por Dios desde antes lo que debemos hacer es pasar un tiempo con Dios todos los días y descubrir en su presencia que diseño para este día de mi vida, si descubrimos eso estaremos haciendo su voluntad cada día, El es el diseñador de tu vida, el sabe lo que quiere cada día de ti. Te animo a que pases un tiempo diario con Dios.
un abrazo grande feliz domingo. |
|
|
|
| |
|
|
Primer
Anterior
2 a 4 de 4
Siguiente
Último
|
|
De: JuanJ |
Enviado: 05/02/2012 09:02 |
Gracias Prospe.. Feliz domingo amiga...
|
|
|
|
De: finamex |
Enviado: 06/02/2012 03:53 |
FELIZ INICIO DE SEMANA, UN SALUDO GRANDE JJ. |
|
|
|
De: finamex |
Enviado: 07/02/2012 04:38 |
|
|
UN REAL ENCUENTRO
Vencer la timidez y, sobre todo, el miedo a salir de noche sola me llevaron algún tiempo hasta que acepté mi destino y el gozo ocupó el sitio de los anteriores sentimientos.
Al principio sólo salía cuando se me acababa el dinero. Después se convirtió en mi trabajo, un trabajo en el que me sentía libre y fluida.
Aprendí a oír las señales de mi cuerpo y a tener en cuenta los factores externos también, por ejemplo: Cuando había fútbol en el Bernabéu estaba todo desierto hasta que terminaba el partido y las ventas dependían del resultado. Si habían ganado te podías forrar, en caso contrario podías recibir hasta insultos si te atrevías a ofrecerles rosas. Los mismos famosos jugadores te las compraban con suculentas propinas en el Asador donde por tradición acostumbran a celebrar sus victorias. El propio dueño me invitaba a pasar por petición de ellos.
Mi cuerpo me indicaba la hora de salida, a veces aún de día y otras en plena noche. Incluso podía tener cientos de flores preparadas y un fuerte rechazo a salir ese día. Obedecía porque ya había experimentado que yendo forzada no vendía nada ni disfrutaba, y además podía encontrar algún peligro.
Mi recorrido era toda una enseñanza vital, desde lugares carísimos y exclusivos de gente con el mayor poder adquisitivo hasta los antros más extraños.
Los ricos y famosos no eran precisamente los que más compraban pero saciaba mi curiosidad mirándoles desde arriba, ellos sentados y yo de pie. Todos tienen el brillo del dinero: su ropa, su piel y su pelo, las manos,...todo nuevecito, todo cuidado y maquillado.
Aprendí a reconocer a policías y guardaespaldas camuflados en el exterior cuando había alguien "muy importante" dentro, sentía sus miradas y mis pasos se hacían más lentos, no me atrevía ni a meter las manos en los bolsillos por si acaso. En esas ocasiones debía esperar a que el propio dueño me hiciera una señal afirmativa o negativa.
Un día estaba la Infanta Elena con su novio y otra pareja, el dueño me dijo que le ofreciera en primer lugar pero si alteraba mi recorrido me pondría nerviosa y preferí hacerlo a mi manera. Nadie me compró nada y sus miradas tampoco fueron muy amables hasta que llegué a ella:
-"¿Quieres, Elenita?", preguntó él.
Ella sonrió tímidamente y le acerqué el ramo para que escogiera (como hacía con todo el mundo). Tomó una y después ofrecí a la otra señora, su chico me pagó sin propina.
Inmediatamente me reclamaron de todas las mesas y no hubo señora sin su rosa ¡muy curioso!
Por cierto, ella me pareció más guapa al natural que en las fotos y con una piel fantástica.
También encontré a la Infanta Cristina, no en un lugar caro, sino en una pizzería muy popular y buenísima; estaba acompañada de un grupo de chicos y chicas que rebosaban orgullo. Todo el mundo tenía clavados sus ojos en ella y no la envidié en absoluto: Nadie le regaló una rosa.
|
|
ROSAS PARA UN HARÉN
El ramo me protegía en la noche, por eso cargaba con todas las que podía, unas 100 ó 125 rosas. La gente veía antes a las flores que a mí, y esa era precisamente mi intención.
Conocía a todos los porteros, a los basureros y barrenderos, a los vendedores callejeros con puestecitos de tabaco o bocadillos (a los que avisaba si venía la poli),... Esto era un detalle curioso: La venta callejera fija en un lugar está prohibida pero no la de una florista que camina, así que nunca tuve un problema con la autoridad, es más ellos me aconsejaban no entrar o ir por determinados sitios.
Cuidaba mi atuendo y mi aspecto para armonizar con mis flores, no para destacar sobre ellas. Los bolsillos eran muy importantes para llevar los cambios organizados y darlos rápidamente en lugares de muy poca luz.
Curiosamente, cuando vendía todo, me sentía desnuda en la noche y los mismos ojos de antes ya no me miraban igual, me convertía en un transeunte más expuesta a los mismos peligros. Incluso me decían: "Me suenas de algo, te conozco pero ahora no caigo"
Sin rosas no era reconocida
Había un restaurante de comida hindú que con el buen tiempo montaba una gran carpa en sus jardines. Un día estaba ocupada al completo por unos jeques árabes y sus múltiples esposas.
El dueño me dio instrucciones a seguir después de preguntar él al que supongo era el más poderoso: "En ningún momento te acerques a los hombres (todos a la derecha, separados de las mujeres), dirígete a la mujer que ocupa tal sitio, la mayor de todas, luego vienes que te pagaré yo"
Así lo hice, caminando muy despacio para satisfacer mi curiosidad. Me dirigí a la señora mayor de todas quien me revisó de pies a cabeza, a mí y a mis flores, luego escogió para ella y me indicó con un gesto a quien debía ofrecer a continuación. Algo debió parecerles muy gracioso porque rieron a carcajadas mientras cogían las rosas.
No sé, tal vez para ellas fui algo cómico. A mí me dieron pena
|
|
LA ROSA DEL CORAZÓN
Como vivíamos el mundo al revés que la gran mayoría, durmiendo cuando ellos trabajaban y dejándonos llevar por nuestro propio ritmo, empezamos a vivir nuevas aventuras sin el control del tiempo.
Lola y Carmen buscaban "la verdad" en alguna parte, asistiendo a todo tipo de conferencias a las cuales me sumé sólo por acompañarlas y salir de mi ostracismo. Desde siempre, y en todos los grupos humanos con los que conviví, había oído:"Nunca te adaptas a ninguna parte, tienes que encontrar tu sitio".
Era cierto, incluso se me repetía un sueño, una y otra vez, en el que iba buscando MI HOGAR y no lo encontraba.
Normalmente no aguantaba las peroratas del conferenciante y me largaba antes de que acabara pero un día ocurrió algo distinto. Ellas trataban de convencerme de que por fin habían encontrado "el sitio", pasándome folletos y libros los cuales leí sin descubrir nada que me hiciera vibrar; pero las acompañé a una charla pública y, nada más entrar, mis ojos se encontraron con otros y todo mi cuerpo se sacudió como si hubiera recibido una descarga.
Tuve la impresión de conocer a aquel hombre y mientras buscaba en mis recuerdos, mi mente se adelantaba a sus palabras y a sus respuestas telepáticamente. Sus ojos me decían que él sentía lo mismo.
Así que acabé perteneciendo a aquella "escuela" o "secta" sólo para encontrarle. Con el tiempo llegué a sentir un campo de fuerza especial allí lo cual me sorprendió bastante porque me ocurría casi lo mismo que al fumarte un porro: Mi mente rompía barreras y nuevos pensamientos desconocidos afluían a ella. Esto me produjo un gran placer y como ganábamos más dinero que nunca nos lanzamos a visitar todos los centros rosacruces de Europa.
La filosofía rosacruz tiene cosas muy interesantes como el concepto de "la rosa del corazón" y el adornar todos sus centros con rosas nos atraía mucho. Al principio me sentí muy bien allí hasta que fui ascendiendo en unos grados en los que no creía y empecé a sufrir la presión de unas normas en las que tampoco creía. Me descubrí saltándomelas a escondidas, sintiéndome vigilada por ojos acusadores, y discutiendo con los que se creían "dirigentes".
Todos los grupos religiosos acaban siendo "sectas degeneradas" en cuanto al saber original, no hay más que ver las mayores sectas de todas: la católica, la musulmana, la judía,....cada una convencida de poseer la exclusiva de la salvación y condenando a todo el que no pertenezca a ella.
Algunos días nos llevábamos nuestro ramo de rosas porque las reuniones se celebraban casi de noche y nada más terminar nos íbamos a cumplir con nuestro trabajo. Tuve que aguantar cosas como: "¿Y ahora te vas a meter en antros? Perderás toda la fuerza recibida"
-"Pues al criticarme, tú ya la has perdido si es que habías recibido alguna".
"Te lo digo con la mejor intención y mira cómo te pones..."
-"Yo te lo digo con toda la intención y mira cómo te pones..."
Siempre encuentras a los que se consideran por encima en todas partes, y a los que se aferran como lapas al poder, en un principio sólo burocrático para gestionar unos centros físicos. Pero los denominados "directores de centro" acaban creyéndose directores de todo, queriendo imponerte sus interpretaciones religiosas y creando "listas negras" con todos sus oponentes; en ellas figuraba yo, por supuesto.
Otro día os contaré lo que ocurrió con "aquel hombre"
|
|
AQUEL HOMBRE...
Aquel hombre irradiaba mucha luz y atraía con una fuerza magnética increíble. Era el director del centro aunque el cargo era compartido con otras cuatro personas, pero de cara al público él representaba la cabeza del grupo.
En su vida laboral también era un hombre de poder y dirigía una empresa que, por aquel entonces, marchaba perfectamente y le rendía pingües beneficios que le permitían vestir con ropa carísima y llevar un gran tren de lujos. Esto, unido a su don de oratoria y una sonrisa pícara, le hacían irresistible para hombres y mujeres.
Así que nada más entrar en aquel círculo me di cuenta que todas las féminas (y digo todas) tenían las mismas intenciones que yo. Nunca me acercaba a él porque temblaba toda, sólo le miraba y remiraba queriendo conocer aquel extraño poder que ejercía. Él me devolvía las miradas y me guiñaba de vez en cuando (lo hacía con todos), sabía que captaba su mente y esto le gustaba y le ponía nervioso.
Enseguida supe que era un hueso duro de roer porque ¡ERA GAY! Pero caí en la misma ilusión que el resto creyendo que "mi amor" le atraería sin duda.
¡Pobre tonta! A las mujeres las trataba con un desprecio increíble y corría babeando tras cualquier hombre atractivo sin importarle que fuese casado o que su mujer estuviera delante ¡UN AUTÉNTICO PENDÓN DESOREJADO!
Un día encontré la forma de engatusarle: había oído decir que se pirraba porque le echaran las cartas y le hablaran de su futuro. Hice una tirada en casa y vi ciertas cosas que le iban a suceder. En el primer momento que se acercó a mí se lo solté y quedó entusiasmado; a partir de entonces comenzó a venir todos los días a mi casa aunque tardé un tiempo en dejarle entrar. Llamaba al timbre y no le abría: "¡Sé que estás ahí, abre!"
|
|
MI REENCUENTRO CONMIGO
Mucho tiempo permanecí obsesionada con aquel hombre, hasta que le abrí mi puerta y pude verle tal cual era.
Si tenía corazón, lo guardaba bien pertrechado con murallas y puertas de acero.
Siempre estaba en guardia para no demostrar la más mínima simpatía hacia una mujer. Podía oír sus pensamientos "Me encanta, que no se dé cuenta".
Nunca le oí una frase amable hacia ninguna; cosas como: "¡Qué bien te veo hoy! ¡Te sienta bien lo que llevas! ¡Qué rica está la comida que has preparado!..." Nada...
Yo sabía que era gay pero su mente y la mía se encontraban sin palabras y eso nos gustaba a los dos. Pensé que podíamos mantener una amistad, incluso jugar como hacíamos cuando nos gustaba el mismo chico. Yo le había apostado que mientras no fueran homosexuales me los llevaría todos, y así fue.
La gente creía que éramos novios porque me visitaba a diario y permanecimos juntos durante años, si bien entre nosotros no hubo ni un beso. El "Qué asco" de su mente ante las insinuaciones de cualquier mujer se transformó en atracción hacia mí cuando vio que otros hombres me deseaban. Quería ganarles siempre la batalla (tal vez por anteriores desprecios, no sé.
Hubiera podido acostarme con él porque me lo propuso y durante toda una tarde discutimos dónde y cómo, pero le dije que sólo iría con él cuando me deseara al 100%, de otra forma no me interesaba. Se rajó por supuesto.
Mi atracción por él se apagó. Siempre venía con las manos vacías, nunca tuvo un gesto amable. Era avaro de pensamiento, de palabra y de obra, y le molestaba mucho que se lo dijera.
Llegó un momento en que me cansé de recibirle e invitarle a merendar o a comer; entonces se sintió extrañado de que se le hubiera acabado el chollo. Se sentía ta importante que creía que su sola presencia debería bastar para que todos le agasajáramos.
Tenía lengua viperina y no se cortaba a la hora de burlarse o de criticar. Conmigo dejó de hacerlo cuando le saqué los colores en más de una ocasión.
Dejó de atraerme. Él había menoscabado mi autoestima como hizo con muchos otros. Su complejo de superioridad se alimentaba robando la energía de los que le amaban.
Todos acababan abandonándole...
Dejé aquella escuela también. Al menos aprendí lo que no deseo:
No deseo pertenecer a un grupo que se considera la única puerta de salvación,
no deseo pertenecer a un grupo donde si me siento contenta me dicen: "¡Cuidado con el ego!", y si lo paso mal: ¡"Te lo habrás merecido por tu karma!"
No deseo estar con alguien que no tiene un rasgo de generosidad hacia mí
Y al fin me encontré conmigo misma. En un principio sentí hasta vértigo al no tener ya creencias donde agarrarme, pero la vida me ha enseñado que la ayuda viene siempre de quien menos esperas.
Nadie debería regirse por las ideas de otros. El único guía debe ser el propio corazón
|
|
¿QUIERE UNA ROSA?
Esta es una historia real: Un trozo de mi vida
Tenía veintipocos años y me sentía completamente fracasada y perdida. Decidí abandonar el trabajo y aclarar mi situación: Nada era lo que había soñado y me sentía engañada por el mundo, por los libros y por todo.
Con el paro, el finiquito y lo que tenía ahorrado podría vivir unos tres años estirándolo. Mi familia puso el grito en el cielo llamándome loca; según ellos, debía ir al médico a que me recetara tranquilizantes y echarme otro novio rápidamente.
Como seguí adelante con mi decisión me dijeron que me las apañara solita y que no contara con ayuda económica de su parte. Mis amigos opinaron lo mismo, todos menos uno que reconoció morirse de envidia por no poder hacer lo mismo ya que estaba casado y con una niña pequeña.
| |
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 4 de 4
Siguiente
Último
|
|
|
|
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|