“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.”
Muchas veces al usar éste versículo, lo usamos para enseñarle a las personas a no ser mal hablados, a no decir malas palabras, palabras vulgares etc. Y a mi me parece muy bueno, pero hoy le quiero dar otro punto de vista. Existen diferentes tipos de personas, y por lo tanto diferentes puntos de vista para ver la vida, un buen ejemplo es el de la película de Nemo, cuando Doris y Marvin (perdón si me equivoco con los nombres), están dentro de la ballena, y se empieza a vaciar Marvin le dice a Doris: ¡Mira la ballena está sacando el agua, ya está medio vacía! y Doris le contesta: pues yo la miro medio llena.
Y te cuento el ejemplo por que existen personas así, tu puedes ir a tomar una café con una persona y salir de esa reunión con la fe encendida, con muchas ideas creativas, con nuevas metas, con nuevo propósito, etc. Pero puedes ir a tomar una café con otra persona, y puedes salir hablando de los errores de algunas personas, sin ganas de estudiar, sin ganas de hacer tus responsabilidades, etc. Y el resultado de tu ánimo dependió de las conversaciones que tuviste durante la reunión. Las palabras que se usaron dependieron de lo que cada quién tiene sembrado en su corazón. ¿Qué tipo de persona eres tú? ¿Cómo está tu corazón? ¿En que tema o temas se basan tus conversaciones?
Tus palabras siempre tienen que provocar algo positivo en la vida de las otras personas, tienen que provocar que tu siempre estés dando lo mejor, que puedas ver soluciones cuando no las hay. Pero para poder provocar eso no tienes que cambiar tu forma de hablar, tienes que cambiar lo que hay en tu corazón, tu corazón siempre tiene que estar sano, completa, con Jesús dentro. Por más que intentes cambiar el dispensador de un contendor de líquidos, nunca cambiará el líquido que hay dentro. Al cambiar lo que hay dentro tu corazón entonces tu boca empezará a hablar palabras que reflejen lo bueno que hay dentro de ti.
Prospe 2012