Perseverancia
Si no estás listo para escalar una montaña, entonces fíjate si puedes
con una caminata por una suave colina.
Si no estás preparado para subir por una colina,
entonces proponte caminar despacio y relajado por tu vecindario.
Si no puedes caminar tan lejos, al menos podrás dar tan sólo un paso.
Una vez que hayas dado ese paso lo más probable es que puedas dar otro.
Si se te complica imaginarte alcanzando la meta, entonces imagínate
llevando a cabo una sola acción, simple y pequeñita en dirección a esa meta.
Imagínalo, y luego hazlo.
Después de ese primer paso habrá otro que podrás dar,
algo que será un poquito más desafiante pero que, aún así, no
llegará a resultar abrumador.
Sigue así, y rápidamente aquella meta empezará a verse en el horizonte.
En la medida en que estés dispuesto a seguir dando el próximo paso cuando
sea el momento de hacerlo, podrás alcanzar todo lo que te propongas.
Eso que te falta en términos de fuerza bruta, o recursos, o
conocimientos, o habilidades, lo puedes compensar con perseverancia.
Definitivamente, puedes llegar allí donde decidas ir, paso a paso
y, perseverando, tras otro paso más.
Este es el momento ideal para empezar.