JUSTICIA
SUMARIO: I. La justicia en la cultura de hoy. II. Antiguo Testamento: 1. Terminología; 2. La "justicia" de Abrahán (Gén 15); 3. Los justos de Sodoma y Gomorra; 4. Tamar es justa; 5. La justicia en la obra deuteronomista: a) La misión del rey, b) La "tórah"; 6. La predicación de los profetas preexílicos; 7. Profetas del período babilónico; 8. El "justo" en los Salmos; 9. Los libros sapienciales. III. Nuevo Testamento: 1. La predicación de Jesús; 2. San Pablo; 3. Otros escritos del NT; 4. Conclusión.
I. LA JUSTICIA EN LA CULTURA DE HOY. "Justitia" es una palabra de abundante consumo en la cultura contemporánea, pero también una noción cambiante, que se especifica de diversas formas según el cuadro ideológico y cultural en que se coloca. Está presente sobre todo en el lenguaje jurídico, político y ético con significados diferentes.
En el plano jurídico, la noción de justicia que nos parece más corriente es la que elaboró el antiguo derecho romano y que formuló así Ulpiano: "Justitia est constans et perpetua voluntas suum unicuique tribuendi" (Dig. I, 1,10). Este "suum" que corresponde a cada uno es un conjunto de derechos humanos. Hacer valer la "justicia" significa entonces reconocer y defender los derechos de cada persona. La determinación de tales derechos depende de opciones ideológicas, políticas y sociales previas. En el plano ético-religioso, la noción corriente de justicia recoge sustancialmente la definición de Ulpiano, como en el caso de santo Tomás de Aquino, para quien la justicia es "habitus secundum quem aliquis constanti et perpetua voluntate jus suum unicuique tribuit" (S. Th., II-II, q. 58, a. 1). La justicia entendida de este modo, en sentido cristiano, es la primera exigencia de la caridad como reconocimiento de la dignidad y de los derechos del prójimo. Observemos la dificultad de compaginar esta definición con la falta en los evangelios de reglas sobre los derechos de justicia; más aún, da la impresión de ser una definición más jurídica que cristológica, ya que falta la referencia a Jesucristo.
La justicia y la injusticia pueden referirse también a estructuras o situaciones socio-políticas opresivas, que niegan los derechos de la persona, o bien a las que son promotoras de la dignidad y de los derechos del hombre.
Esta simple alusión a la acepción tan difundida de justicia tiene solamente la finalidad de preparar el terreno para nuestra encuesta bíblica. Efectivamente, nos preguntamos si el término/concepto hebreo de sedaqah o el griego de dikaiosyne corresponden exactamente a aquellas definiciones de justicia antes recordadas y comúnmente aceptadas. De este modo aparecerá más claramente el carácter específico y la originalidad de la concepción bíblica de la justicia.
II. ANTIGUO TESTAMENTO. 1. TERMINOLOGÍA. El término hebreo que solemos traducir por "justicia" está cargado de dos significados fundamentales, de los que se derivan luego connotaciones diferentes según los contextos en que se le emplea. Por un lado designa una relación no primariamente con la norma ética o jurídica, sino con la comunidad: indica una actitud fiel, leal y constructiva respecto a la comunidad, y no tanto obediencia a unas normas. Por otro lado, la justicia bíblica indica también una condición óptima de la comunidad, un estado de salud comunitario, por el que el individuo se encuentra viviendo dentro de una red de relaciones públicas armoniosas y saludables. Por consiguiente, creemos que el término $edaqah puede traducirse —como ya han propuesto varios exegetas— por "fidelidad / lealtad a la comunidad" o por "solidaridad con la comunidad". Se trata, pues, de un término/concepto vinculado siempre a la idea de relaciones sociales armoniosas que dan origen a un bienestar, a un "orden" comunitario. En relación con la definición de Ulpiano y de Tomás podríamos decir que no interesa tanto el lado subjetivo de la "voluntas" cuanto más bien el lado objetivo del "unicuique", puesto que indica la comunidad. El ser justo no se mide por una norma abstracta y absoluta, sino por las exigencias concretas de relaciones de comunión con Dios y con los hombres. Algunos autores preferirían distinguir, en hebreo, entre sedagah para indicar un "acto" justo, y sedeq, que designaría más bien una cualidad, un orden justo. Pero esta distinción no parece estar justificada.
2. LA "JUSTICIA" DE ABRAHÁN (GÉN 15). Abrahán no tiene hijos. ¿Cuál será su descendencia? ¿Quizá su criado? Dios le promete: "Levanta tus ojos al cielo y cuenta, si puedes, las estrellas. Así será tu descendencia" (Gén 15,5). Resulta ya paradójico prometer un hijo a un anciano de noventa y nueve años (Gén 17,1); pero más increíble todavía es la promesa de una descendencia numerosa como las estrellas del cielo. Evidentemente, se quiere resaltar precisamente el carácter paradójico de la promesa divina y la exigencia de una fe a toda prueba.
Pues bien, Abrahán creyó en su Dios. El verbo "creer" significa literalmente en hebreo "apoyarse fijamente en alguna cosa". Abrahán renuncia a buscar en sí mismo un apoyo, una seguridad, y se fía completamente de Yhwh, por muy paradójica e increíble que le parezca su promesa. Así pues, Abrahán creyó en Dios, "que le consideró como un hombre justo" (Gén 15,6).
El verbo traducido por "considerar" —o "acreditar", según otras versiones— se deriva del lenguaje cultual (cf Lev 7,18; 13,17.23.28.37.44; 17,4; Núm 18,27), para indicar la aceptación de un sacrificio que agrada a Dios; o bien sirve para designar la declaración de la pureza o la impureza de una cosa. Aquí, en Gén 15, el contexto no es cultual, sino que se refiere a la relación entre Abrahán y Dios en un contexto de vida ordinaria familiar.
Dios declara que la fe de Abrahán es "justicia", esto es, una actitud de disponibilidad para la comunión con él. En efecto, creer quiere decir estar pronto y dispuesto lealmente para la comunión con Yhwh; y esto es ser justo. Solamente el justo es realmente creyente. La "justicia", en este trozo, designa, por consiguiente, una conducta que se desarrolla en el interior de una relación de comunión entre dos partes, Dios y Abrahán. La justicia establece, garantiza y mantiene la comunión; Abrahán es justo porque se abre a la comunión con Dios; pero su justicia es reconocida y acogida por el Dios justo. Entre Dios y Abrahán reina la justicia porque han desaparecido todos los obstáculos para la comunión entre los dos.
3. Los JUSTOS DE SODOMA Y GOMORRA. Con Yhwh tuvo Abrahán una disputa sobre la suerte de la ciudad de Sodoma (Gén 18,22-23). La imagen dominante es la de un proceso: Dios es acusador y juez, Sodoma es la acusada, Abrahán es el abogado defensor. El problema consistía en encontrar 50, 45, 40, 30, 20 ó 10 justos entre los sodomitas, o sea, 10 personas que en el proceso intentado contra ellos por Dios resultasen inocentes.
Para comprender este párrafo del Génesis es necesario preguntarse: ¿Quién es "justo" en un proceso? ¿Cómo establecer el criterio de la justicia? ¿Qué es la justicia? Para responder, me permito recoger una larga cita de G. von Rad: "También la convivencia de los hombres se juzgaba por completo desde el punto de vista de la fidelidad comunitaria. Cuando Saúl decía que David era más justo que él, intentaba decir que había tomado en serio la relación comunitaria que existía entre los dos y la había tenido más en cuenta (1 Sam 24,18). El hecho de que David no hubiera tocado a Saúl mientras éste se encontraba indefenso en su poder es designado como justicia suya (1 Sam 26,23). Naturalmente, era también a menudo función de los tribunales locales examinar el comportamiento de un hombre sobre la base de su fidelidad comunitaria y declarar su inocencia o su punibilidad. Sin embargo, no se puede decir ni mucho menos que este concepto veterotestamentario de justicia sea un concepto específicamente forense; abarcaba toda la vida de los israelitas, siempre que se encontrasen en una relación comunitaria. Y sobre todo un comportamiento de fidelidad comunitaria incluye mucho más que una simple corrección o legalidad, más que una justicia en nuestro sentido del término. Aquella relación de interdependencia exigía pruebas de bondad, de fidelidad y —según las circunstancias— de compasión caritativa con el pobre y con el que sufre (Prov 12,10; 21,26; 29,27)".
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