La paz del mundo comienza dentro de mi, cuando yo me acepto en cuerpo y alma, y reconozco mis defectos, con paciencia y calma, en vez de fragmentarme en mi pedazos, me coloco entero en lo que pienso, siento y hago.
Somos pasajeros en tiempo y espacio, sin nada que llevar que pueda desprenderse, solo la voluntad de aprender experiencias.
La paz del mundo comienza entre nosotros cuando acepto tu forma de ser y recibir, reconocer tus virtudes y nuestras diferencias, todo son, en lugar de dividirse en mil personajes, consigo ver por entero, sin maquillaje a todos los personajes de este viaje, que dura poco años en el aprendizaje de ser gente.
La paz del mundo comienza
cuando palabras se callan
y los gestos se multiplican
cuando se reprime la verguenza
y se expresa la ternura
cuando se repudia la dolencia
y se enaltece la cura
cuando se combate la locura
y se estimula el delírio de mejorar la humanidad.
*****