MAR Y CIELO Un par de grullas, descendieron en unos peñascos cercanos a la costa. Volaban hacia el oriente , era la época de la migración. Aun se encontraban lejos del destino preestablecido. El grupo se había adelantado; la pareja decidió hacer un alto en la travesía.
El ala izquierda de la hembra, no conseguía alcanzar el ritmo necesario, una diminuta herida se mantenía reacia a cicatrizar, por lo tanto, el descanso era imprescindible.
El macho se acercó a ella, con su pico hurgó hasta dejar en descubierto el pequeño tajo, producto de una astilla de rama, en el anterior descanso; extrajo el ínfimo entrometido, acto seguido se inclinó y absorbió una gotas del mar, las cuales depositó sobre la herida; un leve escalofrío sacudió todo el cuerpo de su compañera. Ella, con su pico, corrió unas plumillas y cubrió el lugar.
A los pocos minutos, reanudaron el vuelo. las nubes bajas las envolvieron. Como un relámpago desaparecieron en el horizonte
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