Gracias, Señor, porque
estás....
José García Nieto - Poeta
Español
Gracias, Señor, porque estás
todavía en mi palabra;
porque debajo
de todos
mis puentes pasan tus aguas.
Piedra te doy, labios
duros,
pobre tierra acumulada,
que tus luminosas lenguas
incesantemente
aclaran.
Te miro; me miro. Hablo;
te oigo. Busco; me aguardas.
Me vas
gastando, gastando.
Con tanto amor me adelgazas
que no siento que a la
muerte
me acercas…
Y sueño…
Y pasas…
Vas a pasar, Señor, ya sé
quién eres;
tócame por si no estoy bien despierto.
Soy hombre, ¿me ves?,
soy todo el hombre.
Mírame Tú, Señor, si no te veo.
No hay horas, no hay
reloj, ni hay otra fuerza
que la que Tú me des, ni hay otro empleo
mejor
que el de tu viña…
Pasa…
Llama…
Vuelve a
llamarme…
¿Qué hora es? No cuento
ya bien.
¿Es la de la sexta?, ¿la de nona?,
¿la undécima? ¿o ya es
tarde?
Pasa…
Quiero seguir, seguirte…
Llama. Estoy
perdido;
estoy cansado; estoy amando, abriendo
mi corazón a todo
todavía…
Dime que estás ahí, Señor; que dentro
de mi amor a las cosas Tú
te escondes,
y que aparecerás un día lleno
de ese amor mismo ya
transfigurado
en amor para Ti, ya tuyo.
¡Grita! ¡Nómbrame,
para saber
que todavía es tiempo!…
Hace frío…
¿Será que la hora
undécima
ha sonado en la nada?…
Avanzo,
muerto de impaciencia de estar
en Ti,
temblando de Ti, muerto de Dios,
muerto de miedo.
Yo soy el
hombre, el hombre, tu esperanza,
el barro que dejaste en el
misterio.