LA PEQUEÑA BAILARINA
Danza, danza, bailarina
siempre danza sin parar
lo hace desde muy pequeña
y jamás para de bailar.
Jugando comenzó a danzar
y lo hacía a todas horas
sus pies tenían alas
y era suave y vaporosa.
Si parecía un cisne,
sobre las nubes bailaba
se escondía entre la luna
y riendo con ella jugaba.
Mi pequeña bailarina
un día quebró sus alas
tuvo que dejar de bailar
y en la noche sollozaba.
Perdió sus ilusiones
y ya no pisaba el suelo
con que pena vivía
sin poder tocar el cielo.
El cisne se murió
y ella casi, de dolor,
pero elevó un pedido
que llegara hasta Dios.
Este escuchó su ruego
y le devolvió ese don
para bailar como lo hacia antes
y no sintiera más dolor.
Su sueño volvió a florecer
y danzó como ella soñaba
volvió de nuevo a volar
y como antes, así danzaba.
La pequeña bailarina
que nunca perdió el afán
de danzar a todas horas
y retomar así el soñar.
LEONOR
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