Los detalles de lo cotidiano
Desde el primer momento en que abres tus ojos en la mañana,
puedes programar positivamente tu día; debes darle gracias a Dios
por el descanso recibido y aprovechar uno de los más grandes poderes
que nos ha sido concedido a los seres humanos: el poder de elegir.
Podemos creer que todo lo que la vida nos ofrecerá mañana es repetir
lo que hicimos ayer y hoy. Pero, si prestamos atención, vamos a darnos
cuenta de que ningún día es igual a otro.
Cada mañana trae una bendición escondida; una bendición que sólo sirve
para este día, y que no puede guardarse o desaprovecharse.
Si no usamos este milagro hoy, se perderá.
Este milagro está en los detalles de lo cotidiano; es preciso vivir cada minuto,
porque allí encontramos la salida de nuestras confusiones, la alegría de nuestros
buenos momentos, la pista correcta para la decisión que ha de ser tomada.
No podemos dejar nunca que cada día parezca igual al anterior porque todos
los días son diferentes.
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