PAGAR EL TRIBUTO
"Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios". (Mateo, 22:21)
Los gobiernos humanos cobran impuestos, que luego, según ellos ¿los devuelven? en obras o beneficios sociales.
Estos gobiernos están restringidos al tiempo, para decirlo mejor: son temporales.
Pero hay un gobierno que será eterno, el "Gobierno de Dios" o "Reino de Dios", y triunfará sobre lo temporal, y será entonces cuando el Creador le pida al hombre que rinda cuenta de sus actos.
El Señor no nos cobra nada de todas las cosas que recibimos de él día a día, la vida, la luz del sol, la tierra, el aire, el agua, el bello espectáculo de la naturaleza; todo ello es gratuito, para que lo disfrutemos viviendo con alegría.
Sólo nos pide un sublime sentimiento, el tributo del amor, que amemos como Cristo nos amó, y que sea el objetivo más grande en la historia de cada ser humano.
No es una exigencia, sólo un pedido, no nos obliga, sólo nos pide amor, con él cumplimos con la justicia y reemplazamos todo un código de leyes.
Nuestra existencia humana es breve, pasa rápidamente, no dejemos de brindar amor, gratuitamente, como gratuitamente recibimos los regalos del cielo.
LEONOR