Tolerancia, camino para la paz.
En otra ocasión hemos hablado acerca de tolerancia para con los ofensores. Hoy vamos a hablar de tolerancia con las diferencias. En el campo espiritual, de nada adelanta utilizarnos la máscara de la hipocresía, sendo simpáticos y gentiles en la sociedad, y, al mismo tiempo, sernos implacables jueces de la conducta ajena en nuestros pensamientos. La tolerancia verdadera manifestase de adentro para fuera, o sea, no criticamos pues no pensamos mal. Si no hay tolerancia en nuestro interior, temprano o tarde expresaremos nuestras ideas reales, por mayor que sea nuestra educación social, y sufriremos el riesgo de faltarnos con la caridad para con nuestros semejantes. Somos todos diferentes y esa diferencia es un recurso divino para promover nuestro aprendizaje en la Tierra. Si no ejercitamos la tolerancia, además de desperdiciar la oportunidad de aprender y evolucionar, sembraremos conflicto en terrenos en los cuales debería haber amistad. No podemos exigir que las personas piensen y actúen a nuestra manera. Emplacémonos en la situación de los otros para mejor comprenderlos. El cultivo de la tolerancia trae paz a los reracionamientos, pero no solamente eso: cuando aceptamos la idea de que debemos permitir que cada uno siga la vía que es propia de él, encontramos el camino que conduce a la paz en nuestro interior.
Tengan todos ustedes una semana bendita, llena de armonía y paz.
¡Hasta luego!
Euzébia Noleto (www.euzebianoleto.net/blog)
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