La vendedora de flores sonreía, su arrugado rostro resplandecía de gozo. Por impulso tomé una de sus flores. - Se ve muy bien esta mañana, -le dije. - ¡Claro! –exclamó-. Sobran los motivos. Aquella mujer vestía tan pobremente y se veía tan frágil, que su actitud me intrigó. - Sobrelleva sus problemas admirablemente, -la elogié. Ella me explicó entonces: “Cuando crucificaron a Cristo el viernes santo, fue el día más triste de la historia. Y tres días después, Él resucitó. Por eso he aprendido a esperar tres días siempre que algo me aflige. Las cosas siempre se arreglan de una u otra manera en ese tiempo.” Seguía sonriendo al despedirse de mí. Sus palabras me vienen a la mente cada vez que estoy en dificultades: "Hay que esperar tres días." D/A
ORALE COMDADRITA LEO.... ESPERAR 3 DIAS... NO SUENA NADA MAL... LO ANOTARE EN MI MENTE, LO GUARDARE EN MI COSTALITO Y ME ACORDARE CUANDO TENGA UN APURO...
GRACIAS POR COMPARTIR... UN ABRAZO PRECIOSA COMADRE