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General: EL SCHINDLER MEXICANO
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De: SCCHEREZADA (Mensaje original) |
Enviado: 09/02/2013 17:24 |
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NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA '', MEJOR AUSTRIA, PAÍS LEJANO, LE PREMIA Y LE
PONE SU NOMBRE A UNA IMPORTANTE CALLE DE VIENA.
Gracias a la
película ‘La Lista de Schindler’ de Steven Spielberg hemos conocido las acciones
riesgosas realizadas por Oskar Schindler para salvar a unos 1200
judíos del holocausto nazi.
Sin embargo
pocos hemos oído hablar de la labor del mexicano Gilberto Bosques para salvar la
vida de más de 40 mil personas durante la ocupación nazi en
Europa.
Gilberto
Bosques Saldivar fue el Cónsul General de México en Francia de 1939 a 1944,
quien respondiendo al llamado de su propia conciencia, ayudó desde su posición
diplomática a huir de los regímenes franquista y nazi a refugiados españoles
republicanos, judíos franceses, libaneses, socialistas, comunistas y otros
perseguidos, entre ellos líderes políticos europeos de oposición y miembros de
la resistencia antifascista, quienes habían sido señalados para ser enviados a
los centros de concentración, ofreciéndoles a todos ellos residencia y
nacionalidad mexicana.
Cuando París
estaba a punto de ser tomada por los alemanes, Bosques sale de la ciudad y tras
varios viajes decide asentar el consulado en Marsella, el puerto de la zona del
Gobierno francés de Vichy, nominalmente independiente de los
alemanes.
Su primera
preocupación fue defender a los mexicanos residentes en la Francia no ocupada,
pero al conocer las atrocidades de la persecución nazi protegió también a otros
grupos.
Apoyó a
libaneses con pasaporte mexicano y a refugiados españoles que buscaban huir de
los nazis.
De hecho, se
cree que fue él quien convenció al presidente Lázaro Cárdenas de abrir las
puertas de México a los republicanos españoles.
Era tan
grande la afluencia de refugiados que buscaban una visa mexicana que Bosques
alquiló dos castillos (el de Reynarde y el de Montgrand) para convertirlos en
centros de asilo mientras se arreglaba su salida hacia
México.
Entre 800 u
850 fueron alojados en uno de los castillos, mientras que en el otro se
albergaron 500 niños y mujeres.
Adicionalmente, rentó varios barcos que
salieron del puerto de Marsella transportando Judíos y otros perseguidos hacia
países Africanos donde más tarde fueron trasladados a México, Brasil, Argentina
y otros países de América.
En un
periodo de dos años, bajo su auspicio, poco más de 40,000 visas fueron expedidas
para quienes deseaban huir de la tiranía nazi.
Al
concedérseles visas mexicanas, las autoridades francesas los dejaban
salir del país porque consideraban que ya no serían un problema político para
ellas.
Más
complicado fue el caso de los judíos.
El consulado
ocultó, documentó y les dio visas a numerosos judíos, pero era mucho más difícil
sacarlos de Francia.
Desde
Marsella el embajador mexicano también tuvo que hacer frente al hostigamiento de
las autoridades pro alemanas francesas, al espionaje de la Gestapo, del gobierno
de Franco y de la representación diplomática japonesa, que tenía sus oficinas en
el mismo edificio de la delegación mexicana.
Finalmente
México rompió las relaciones diplomáticas con el Gobierno
de Vichy.
Gilberto
Bosques presentó la nota de ruptura.
Poco después
el consulado fue tomado por asalto por tropas de la Gestapo alemana, que
confiscaron ilegalmente el dinero que la oficina mantenía para su
operación.
Bosques, su
familia (su esposa María Luisa Manjarrez y sus tres hijos: Laura María, María
Teresa y Gilberto Froylán; entonces de 17, 16 y 14años, respectivamente) y el
personal del consulado, 43 personas en total, fueron trasladados hasta la
comunidad de Amélie-les-Bains.
Después,
violando las normas diplomáticas, se les llevó a Alemania, al pueblo Bad
Godesberg, y se les recluyó en un “hotel prisión”.
Bosques fue
finalmente liberado y regresó a México en abril de 1944.
Miles de
refugiados españoles y judíos lo esperaban en la estación de ferrocarril de la
capital para recibirlo.
Su júbilo
zumbaba en el andén de la estación ferroviaria.
Era al
México generoso y libre al que ellos exaltaban en Gilberto Bosques, el más
sobresaliente ejemplo del característico espíritu de la solidaridad de los
mexicanos.
Una de sus
más grandes lecciones de vida es que aunque resulte difícil, no es imposible
mantener la decencia de uno frente a la maldad moral.
Pues al
ayudar a otra persona quien en tu comunidad, tu sociedad o tu nación se ha
convertido en un paria, un rechazado, y sabiendo que al hacerlo puedes ganarte
el desprecio, el escarnio, e incluso el poner en riesgo tu vida, es tomar una
posición moral de valor incalculable, que puede alterar y dar un rayo de luz y
un viento de esperanza en medio de lo que parezca un reinado de terror
omnipotente.
El 4 de
junio de 2003 el gobierno austriaco impuso a una de sus calles, en el Distrito
22 de Viena, el nombre Paseo Gilberto Bosques.
Los pocos
que conocen la historia de Gilberto Bosques suelen llamarlo "El Schindler
Mexicano".
Y así
como Schindler tuvo su lista de trabajadores judíos protegidos, Bosques tuvo sus
visas a la libertad: “Las Visas de Bosques”.
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De: Cisbela |
Enviado: 09/02/2013 21:38 |
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