SABIDURÍA
Si quieres ser sabio:
Pregunta
Escucha con mucha atención
Responde muy suavemente,y
Calla si no tienes algo que decir.
"Si tienes inteligencia, responde al prójimo, pero si no, ponte la mano sobre la boca, para que no te cojan en alguna palabra indiscreta, y quedes avergonzado." (Eclesiástico, 5:14).
"La sabiduría está iniciada en la ciencia de Dios y es consejera de sus obras." ( Salmos, 8:4).
El hijo de Dios, Cristo, representa la sabiduría, él dió a conocer a los hombres los sabios propósitos y decretos de su Padre.
"Mas para los llamados, así judios como griegos, Cristo poder de Dios y Sabiduría de Dios." ( 1 Corintios, 1:24).
¿En donde se halla la sabiduría? Se halla en el corazón del hombre que tiene virtuoso entendimiento.
El que tiene trato con personas sabias, se hará sabio, pero el que está teniendo trato con los necios le irá mal.
"En el corazón del prudente reposa la sabiduría, pero no es conocida en medio de los necios." ( Probervios, 14:33).
El sabio siente temor a los resultados de un mal comportamiento, por lo que es prudente y siempre dá gracias por los buenos consejos que le ayudarán a evitar el pecado.
El estúpido o necio, no siente ningún temor, creyendo siempre ser el mejor y con sobervia no acepta los sabios consejos que le dan.
"Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza." ( Probervios, 1:7).
Debemos pasar el mayor tiempo posible con personas que comulguen con nuestros principios morales y espirituales, viviendo y transitando el camino que nos lleva a Dios como él manda y haciendo siempre lo que nos pide.
Los que elijen andar con Dios son sabios y seguros de que van por buen camino.
El temor reverente a Dios calma el corazón y tranquiliza el espíritu, porque entre las muchas caras de la sabiduría, están el buen juicio y el discernimiento.
"El que es tardo para la cólera abunda en discernimiento, pero el que es impaciente está ensalzando la tontedad." ( Probervios, 14:29).
En Dios Padre y su hijo el Cristo están todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento.
El más grande enemigo de la sabiduría es el EGO, si lográramos eliminarlo, seguro la conseguiríamos, porque entonces caminaríamos por la senda de la justicia, de la generosidad, del amor, de la bondad...
La sabiduría es la corona del sabio que la supo conseguir con sus grandes virtudes y mucho esfuerzo para cultivarla y preservarla.
"El temor del Señor es gloria y justo motivo de gloriarse, y es alegría y corona de triunfo." ( Eclesiástico, 1:11).
Que esas grandes virtudes de los sabios nos ayuden para corregir nuestros defectos, no cerremos esa puerta, aceptemos sus enseñanzas educándonos con ellos.
"El corazón del sabio se deja conocer en la sabiduría y el oído bien dispuesto escuchará a éste con sumo anhelo." ( Eclesiástico, 3:31).
Muchos hombres, cada uno en lo suyo, en su arte, es sabio.
El arquitecto con sus planos y sus obras, el herrero, con el hierro que trabaja en el calor de la fragua, el alfarero, con sumo cuidado trabaja con la arcilla, pero no aplican su alma a investigar en la ley del Altísimo, que es donde está la verdadera sabiduría.
Ella dice: "En mí está toda la gracia para el camino de la verdad, en mí toda esperanza de vida y de virtud." ( Eclesiástico, 24:25).
Ser sabio no es saber más, sino quien cumple los mandamientos, y de ésta forma está lejos del engaño, de la sobervia, del mal, de los impíos...
"Hijo si deseas la sabiduría, guarda los mandamientos y Dios te la concederá." ( Eclesiástico)
Debemos trabajar para adquirirla desde nuestra juventud, para que a la vejez, cuando ya se pintan canas, todas esas experiencias de una vida vivida con honradez en la doctrina de Cristo y su Padre, sepamos juzgar y saber dar un buen consejo.
"Oh que bello adorno para las canas el saber juzgar, y para los ancianos el saber dar un consejo.Cuan bien parece la sabiduría en las personas de edad avanzada." ( Eclesiástico, 25:6-7).
Pidamos y busquémosla hasta nuestro último aliento.
Que se regocije nuestro corazón con ella, y constantemente la practiquemos para gozar de esa riqueza, puesto que es un inmenso tesoro.
"Puesto que vale más la sabiduría que todas las joyas preciosas, y nada de cuánto puede apetecerse es comparable a ella." ( Probervios, 8:11).
LEONOR