PARA
MAYORES DE 60 AÑOS....
SEAMOS
CONSCIENTES...
Si usted ya llegó a los 60 años, ya los pasó o está
por
llegar, cuídese de todo, de todos y de todas.
No se trague el cuento
de que usted está en su mejor edad...
Eso fue a los 30 y a comienzos de los
40, cuando repetir de todo no
sólo no hacía daño, sino que era posible y
hasta motivo de orgullo y
de jactancia.
Pero a los 60 "repetir" es palabra
maldita y prohibida.
Veamos:
¿Repetir matrimonio? ¿Con qué y a qué
hora?
¿Repetir el acto sexual? Será dentro de una semana (con mucha
suerte).
Después de los 60, no hay vuelta posible:
¿Volver a empezar? ¿Con
qué tiempo?
¿Volver a ser papá? No sea pendejo.
¿Fiestar hasta el
amanezca? Muerte repentina.
¿Volver a trotar? Infarto seguro.
¿Volver a
nadar? Será flotar.
¿Volver a cantar? Te ahogas, mi vida.
¿Beber como
antes? Ahí viene la cirrosis.
Después de los 60 todo es grave,
de cama, de
muerte.
Un catarro es una bronquitis.
Un resfriado, una neumonía.
Un
barrito, cancer.
Una tos, tisis.
Un golpe, un hematoma.
Un chicharrón,
diente perdido.
A partir de los 60:
Un dolor de cabeza es un
derrame.
Un dolor en el pie, gota.
Dolores en las manos, artritis.
Un
olvido pendejo, mal de Alzheimer.
Una tiritada, Parkinson.
Un estornudo,
tuberculosis.
Sed, diabetes.
Una libra de más, escoliosis.
Una libra de
menos, ¿será leucemia?
Una meada a media noche, próstata.
A los 60, lo que
no crece se cae o no funciona igual. Aquél que les
conté, por ejemplo, fiel
cómplice de ternuras en otros tiempos, es
ahora un perezoso y desvergonzado,
especialista en contradecir tus
arrestos, haciéndote quedar muy mal. Y
aquella, ya no lubrica como
antes.
Se cae el pelo.
Se caen los
senos.
Se caen las mejillas.
Se caen las nalgas.
Crecen pelos en la
barbilla, en las orejas, en la nariz.
Los ojos empiezan a molestarte.
Los
brazos se vuelven gelatina.
A los 60 todo es peligroso:
Sonarte fuerte,
hemorragia nasal.
Visión borrosa, cataratas.
Cera en los oídos,
otitis.
Insomnio, ataque depresivo.
Un pelo en el peine,
calvicie.
Dolor en la nuca, osteoporosis.
Y no se te ocurra subirte más en
las escaleras.
Si después de los 60, usted se despierta y no siente nada, es
porque se murió.
Si se le daña el estómago, le tienen que poner suero.
Si
le ponen trabas al renovar el seguro de vida, consiga un siquiatra.
No es por
mortificar…
Pero es mejor que sea consciente de lo que le espera, para que
vaya
organizando su testamento y escogiendo un buen lugar en su
cementerio
favorito, luego, claro, de haber pasado su temporada en el asilo
que
seleccionaron sus hijitos queridos.
Piense. Hágalo en serio. No sea
que a su pobre familia le toque
decidir todas estas cosas en momentos de
apremio. Claro, puede que
llegue a los 80; pero no le recomiendo confiarse
demasiado y en todo
caso, nunca será lo mismo.
Y aquí te dejo, porque es
hora de echarme mi polvito, aunque sea de
Metamucil o Mexana y aplicarme
linimento por todos lados.
Ah, por cierto, esto lo escribí en letra grande
para que no te cueste
leerlo. No nos hagamos ilusiones..
AMANECIMOS
RESPIRANDO,
el resto es ganancia.
DISFRUTEMOS Y VAMOS BAILANDO,
LO QUE
NOS VAYAN TOCANDO---