NI JESUS
PUDO...
Dios llamó a
su hijo, Jesús, y le dijo. Ya no aguanto más tantas oraciones que recibo de
los mexicanos para acabar con la delincuencia, la injusticia y la impunidad en
su país. Así que te vas inmediatamente para allá, llevare un buen grupo de
ángeles de tu confianza y pon en orden ese país. Jesús obedeció. Tiempo
después (aunque en el cielo no hay tiempo) Jesús regresó con Dios. ¿ Qué pasó
hijo ? ¿
Cómo te fue ? ¿ Se
arregló todo en México ? preguntó Dios.
Ay
! Padre, contestó Jesús con
cierto aire lastimero. Y Jesús narró lo que pasó: Formé un grupo especial
de ángeles y aprovechando el año electorero logré ganar la Presidencia de
México. La inmensa mayoría voto por mi, por ser
hijo de Dios.
De acuerdo a la proyección de las metas lo primero que
hicimos fué construir penitenciarias grandes en cada municipio del país pues sabíamos
que las íbamos a necesitar.
Atrapamos a todos los narcotraficantes y
secuestradores junto con sus colaboradores. Desde ahí empezó el problema.
Cayeron Gobernadores, Presidentes Municipales, Jueces, Jefes de Policía,
Militares, Banqueros, Agentes de Aduanas, Transportistas, Televisos, Artistas y
hasta gente del clero. Ni modo, todos a la cárcel pero se desestabilizó el
sistema por la ausencia de esas gentes en sus puestos.
Para mejorar la
seguridad en la vía pública detuvimos a los conductores y confiscamos los
vehículos en los casos de no traer placas, licencia o tarjeta de circulación,
traer vidrios polarizados, conducir con alcohol en sangre, en sentido contrario
o con exceso de velocidad, estacionarse en lugares prohibidos, traer gente en
las bateas de las camionetas o camiones, violar leyes ambientales o llevar niños
sentados en las piernas del conductor. Desde ese día desaparecieron el 80% de
las motocicletas, el 50% de los taxis, el 95% de las "Combis o peceras" y
autobuses urbanos (incluido Transabus), el 20% de los vehículos de uso
particular, el 95% de los vehículos de PEMEX y CFE. Tuvimos que crear grandes
retenes nuevos para esos vehículos y contratar miles de gentes para los
trámites. Las calles empezaron a estar desiertas de vehículos pero llenas de
gente sin poder trasladarse.
Envié a los ángeles a detener o multar a los
ciudadanos que evadían impuestos, se robaban la energía eléctrica, tenían doble
acta de nacimiento de sus hijos, recibían ayuda del gobierno sin tener derecho,
que tenían trabajos fantasmas (aviadores), que se robaban cosas del centro de
trabajo, que simulaban enfermedad o lesiones para cobrar ayudas, que vendían o
compraban calificaciones en las escuelas, a los que vendían o compraron títulos
universitarios, a los que tiran basura en áreas verdes, a los que queman, a los
que contaminan el aire, los ríos, lagunas y mares; también a los que pagaron
cohechos (mordida) por trámites y a los que los recibieron, a las concubinas que
se dieron de alta como madre soltera para recibir dinero; a los que compran
cosas robadas como gasolina, llantas, radios, refacciones de auto y ropa;
detuvimos a los policías con antecedentes penales o positivos al dopaje; a los
periodistas y dueños de periódicos que sobornan o extorsionan a los funcionarios
y ciudadanos, y ya teníamos los planes para meternos a los sindicatos y escuelas
para investigar a esa gente y castigar a los malos. ¡ Estaba
decidió a acabar con la impunidad, tal como lo piden los mexicanos !
Y
luego?? ¿ qué pasó ?
preguntó de nuevo Dios. Pues nada, dijo Jesús. Que se nos llenaron las
cárceles y con la agilidad del sistema jurídico mexicano necesitábamos tener
encerrados y alimentar a varios millones de mexicanos. Las calles quedaron
desiertas. Dejaron de funcionar la mayoría de las empresas e instituciones
importantes, en una palabra se paralizó México. México funciona gracias al
sistema del que sus ciudadanos se quejan.
Bueno, intervino Dios, para eso te
mande, para arreglar las cosas. ¡ debiste
quedarte a componer todo !
Jesús, sonrió, y le dijo a Dios: Padre,
tengo orden de arresto por fraude electoral, enriquecimiento inexplicable, abuso
de poder, falta de acta de nacimiento, acusado de llegar a presidente aún siendo
soltero, fuera de la edad requerida y además extranjero. Me agregaron práctica
ilegal de la medicina documentada en la Biblia, y el clero me inició juicio por
practicar la magia también documentada en la Biblia.
Las marchas y plantones
pidiendo mi destitución acabaron por desquiciar el país y mejor salí huyendo
hacia acá.
Por eso Padre, dijo Jesús, mejor déjalos como están, que se acaben
solos entre ellos y después hacemos otro país con gente que sepa apreciar lo que
les diste de recursos naturales, ubicación geográfica, clima, agua en abundancia
y tierra fértil.
Pero te suplico, no me mandes otra vez. Con una crucifixión
es suficiente
!! Los mexicanos quieren acabar con la impunidad, pero no de la
propia.
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