"Reírse de uno mismo. Tomarse el pelo, juguetear con el yo y no tomarse tan en serio, tan reverencialmente como quieren lo que sufren de trascendencia crónica. Humor dirigido al alma, al ser que no se ofende y se muere de la risa cuando se mira al espejo o se equivoca sin quererlo. El humor de estar vivo, el baile de la existencia. No seas tan circunspecto contigo mismo. Hazle cosquillas al ego y te sentirás mejor. Pero si haces un culto a la formalidad, al rigor y a la gravedad, serás insoportable."
Walter Riso.