El Rabino no
miente
El Rabino tenía 12 hijos, y
precisaba salir de la casa en donde vivía y alquilar otra mayor, pero no
conseguía nada, por causa de la cantidad de hijos. Cuando decía que tiene 12
hijos, nadie quería alquilar, ya que los propietarios se imaginaban la
destrucción de la casa. Y lo peor es que no podía decir de que no tenía hijos.
No podía mentir (Rabinos no pueden mentir)
Estaba desesperado, ya que el plazo
para mudarse se estaba agotando.
Entonces tuvo una idea: pidió a su
mujer que fuera a pasear al cementerio, con 11 de los hijos. Tomó al que
sobraba, y fue a ver otras casas, hasta que le gustó una.
El propietario de la casa preguntó
cuantos hijos tenía.
El respondió que tenía 12.
Entonces le preguntaron en donde
estaban los otros.
Con cara de circunstancia respondió:
“Están en el cementerio, junto con su madre”.
Y fue así que consiguió alquilar la
casa, sin tener necesidad de mentir.
La
inteligencia hace la diferencia. No es necesario mentir, que no es lo mismo que
no decir toda la
verdad.