Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

aquinosreunimospersonaspositivas
¡ Feliz Cumpleaños anymary !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
  
 GENERAL 
 ENTRA AL CHAT 
 REFLEXIONES 
 POESIAS 
 ARTE, CULTURA Y CIENCIA 
 FORMATOS, FONDOS Y GIFS 
  
 LA ROCKOLA 
 MUSICA MIDI 
 HISTORIA MUSICAL 
 ANOTA TU CUMPLEAÑOS 
 ENTRETENIMIENTO 
 RISAS Y HUMOR 
  
 MEXICO 
 ARGENTINA 
 CHILE 
 VENEZUELA 
 ESPAÑA 
  
 CINE ONLINE 
 JUEGOS 
 SALUD 
 CUIDA TU SALUD 
 PRENSA EN EL MUNDO 
 INFORMATICA-Tutoriales 
 
 
  Herramientas
 
General: CUENTO, ABUELITA
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: LEO-MARI  (Mensaje original) Enviado: 14/06/2013 22:57
Abuelita          Hans Christian Andersen       Abuelita es muy vieja, tiene muchas arrugas y el pelo completamente blanco,  pero sus ojos brillan como estrellas, sólo que mucho más hermosos, pues su  expresión es dulce, y da gusto mirarlos. También sabe cuentos maravillosos y  tiene un vestido de flores grandes, grandes, de una seda tan tupida que cruje  cuando anda. Abuelita sabe muchas, muchísimas cosas, pues vivía ya mucho antes  que papá y mamá, esto nadie lo duda. Tiene un libro de cánticos con recias  cantoneras de plata; lo lee con gran frecuencia. En medio del libro hay una  rosa, comprimida y seca, y, sin embargo, la mira con una sonrisa de  arrobamiento, y le asoman lágrimas a los ojos. ¿Por qué abuelita mirará así la  marchita rosa de su devocionario? ¿No lo sabes? Cada vez que las lágrimas de la  abuelita caen sobre la flor, los colores cobran vida, la rosa se hincha y toda  la sala se impregna de su aroma; se esfuman las paredes cual si fuesen pura  niebla, y en derredor se levanta el bosque, espléndido y verde, con los rayos  del sol filtrándose entre el follaje, y abuelita vuelve a ser joven, una bella  muchacha de rubias trenzas y redondas mejillas coloradas, elegante y graciosa;  no hay rosa más lozana, pero sus ojos, sus ojos dulces y cuajados de dicha,  siguen siendo los ojos de abuelita. Sentado junto a ella hay un hombre, joven, vigoroso, apuesto. Huele la rosa y  ella sonríe - ¡pero ya no es la sonrisa de abuelita! - sí, y vuelve a sonreír.  Ahora se ha marchado él, y por la mente de ella desfilan muchos pensamientos y  muchas figuras; el hombre gallardo ya no está, la rosa yace en el libro de  cánticos, y... abuelita vuelve a ser la anciana que contempla la rosa marchita  guardada en el libro. Ahora abuelita se ha muerto. Sentada en su silla de brazos, estaba contando  una larga y maravillosa historia. -Se ha terminado -dijo- y yo estoy muy cansada; dejadme echar un sueñito. Se recostó respirando suavemente, y quedó dormida; pero el silencio se volvía  más y más profundo, y en su rostro se reflejaban la felicidad y la paz; se  habría dicho que lo bañaba el sol... y entonces dijeron que estaba muerta. La pusieron en el negro ataúd, envuelta en lienzos blancos. ¡Estaba tan  hermosa, a pesar de tener cerrados los ojos! Pero todas las arrugas habían  desaparecido, y en su boca se dibujaba una sonrisa. El cabello era blanco como  plata y venerable, y no daba miedo mirar a la muerta. Era siempre la abuelita,  tan buena y tan querida. Colocaron el libro de cánticos bajo su cabeza, pues  ella lo había pedido así, con la rosa entre las páginas. Y así enterraron a  abuelita. En la sepultura, junto a la pared del cementerio, plantaron un rosal que  floreció espléndidamente, y los ruiseñores acudían a cantar allí, y desde la  iglesia el órgano desgranaba las bellas canciones que estaban escritas en el  libro colocado bajo la cabeza de la difunta. La luna enviaba sus rayos a la  tumba, pero la muerta no estaba allí; los niños podían ir por la noche sin temor  a coger una rosa de la tapia del cementerio. Los muertos saben mucho más de  cuanto sabemos todos los vivos; saben el miedo, el miedo horrible que nos  causarían si volviesen. Pero son mejores que todos nosotros, y por eso no  vuelven. Hay tierra sobre el féretro, y tierra dentro de él. El libro de  cánticos, con todas sus hojas, es polvo, y la rosa, con todos sus recuerdos, se  ha convertido en polvo también. Pero encima siguen floreciendo nuevas rosas y  cantando los ruiseñores, y enviando el órgano sus melodías. Y uno piensa muy a  menudo en la abuelita, y la ve con sus ojos dulces, eternamente jóvenes. Los  ojos no mueren nunca. Los nuestros verán a abuelita, joven y hermosa como  antaño, cuando besó por vez primera la rosa, roja y lozana, que yace ahora en la  tumba convertida en polvo.FIN


Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: MARA Enviado: 15/06/2013 05:01

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: JuanJ Enviado: 15/06/2013 05:44
2-5.jpg Orange roses 3 picture by RavenFeather300
 
Gracias Leonor por el mensaje..Feliz dia amiga...
 
 
 


 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados