
angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los gratos y no tan gratos momentos de su vida. Pensaba que iba a morir; sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo partió en dos...Sí, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. Después de un momento de quietud, suspendido por los aires, gritó con todas sus fuerzas:-"¡¡¡Ayúdame Dios mío!!!..."De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:-"¿ QUÉ QUIERES QUE HAGA, HIJO MIO ?"-"Sálvame, Dios mío "-"¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?"-"Por supuesto, Señor "-"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...Cuenta el equipo de rescate que al día siguiente encontraron colgado a un alpinista muerto, congelado, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda...A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...¿Y tú ? ¿Qué tan confiado estás de tu cuerda?
¿Por qué no la sueltas?