Hablo de los nacidos entre 1980 y el año 2000. Si usted nació entre 1995 y
1979, pertenece a la “generación X”; y si la cigüeña lo trajo al mundo entre
1945 y 1964, usted es de la generación llamada los baby boomers.
Los comportamientos de estas tres generaciones son distintos en lo que los
motiva en la vida y en el trabajo.
Los de la generación “Y” son inventivos y creativos, no temen al trabajo
intenso, innovan constantemente, trabajan duro, pero quieren ser felices en las
empresas donde trabajan.
La madurez no es una de sus características y requieren cercanía. Hoy, la
generación “Y” representa 25% de la fuerza laboral del mundo y para el 2016
serán el 50%.
Si usted necesita para el crecimiento de su empresa personas que pertenecen a
la generación “Y”, tiene que saber que huyen de los trabajos que los pone en
conflicto con su estilo de vida, donde no les dan espacio para expresarse, donde
emocionalmente no se sienten conectados con la empresa, no le encuentran
significado al trabajo y no son felices. Estas personas trabajan y se
comprometen con los objetivos y metas, pero rompiendo la monotonía.
Para entrenar a un joven de la generación “Y”, se debe tener en cuenta que
utilizan todos los sentidos para aprender, la parte visual y auditiva la tienen
muy desarrollada, pues crecieron multitareas y aprendieron jugando.
Hoy en día las universidades están cambiando los horarios de las clases a
periodos más cortos, pues los lapsos de concentración son menores, pues su
cerebro está acostumbrado a saltar de una comunicación a otra, siendo capaces de
estudiar, hablar, leer, escuchar y escribir con diferentes interlocutores a la
vez.
La comunicación con ellos debe ser corta, clara y simple. Imagínense a un “Y”
escuchando un largo discurso político. Por supuesto, el uso de papel es parte de
la historia y como ellos dicen, el correo electrónico es una antigüedad.
Esta generación interconectada es la que provocó la reciente primavera árabe,
el movimiento 132 en México y los empujadores de la reforma migratoria en
Estados Unidos.
Están renovando las reglas rígidas, exigiendo cambios políticos. Es una
generación con poder y fuerza que está transformando el mundo porque son muy
sensibles, solidarios, rechazan el sufrimientos de los demás, la violencia y la
pobreza. Quienes los ignoren o evadan, van a perder la oportunidad de cambiar el
futuro de sus países o de sus empresas.
El recurso humano de un país o de una empresa es el capital más importante
para la sobrevivencia de los mismos. Si usted quiere aumentar la productividad
de la empresa, atraer talento, retener el talento, debe tomar en cuenta las
características de los “Y” para que no se le vayan, porque no encontraron lo que
buscaban, no encontraron la motivación para dar lo mejor de sí, porque el
contexto que se les dio no es acorde a su estilo.
En Guatemala es un buen momento para que políticos, religiosos, empresarios y
familias pongan barbas en remojo y comprendan que no solo el mundo es distinto
hoy, sino esta nueva generación que si nos preocupamos por lo que hacen, lo que
desean y la forma en que piensan, dan señales que son los que pueden mejorar el
país. Recordemos que según el Coaching ontológico, el líder más poderoso es
aquel que es capaz de entender las diferencias entre unos y otros.