Los diamantes de Brasil son, por lo general, los más duros del mundo. Y recordemos que el diamante es el material más duro de todos.

Un diamante difícilmente se quiebra, se rompe o se corroe. Tampoco es afectado por los ácidos. Sin embargo, si se le pone a arder, se consume hasta desaparecer. Ello no es de extrañar: el diamante es ni más ni menos que carbón cristalizado.

De hecho, se forma de depósitos de carbón que han sido sometidos por miles de años a tremendas presiones. Incluso en la actualidad es posible crear diamante sintético, precisamente sometiendo el carbón a grandes presiones.

Este diamante sintético no posee valor como joya, pero es muy útil para usos industriales, como pulidores o sierras para metales muy duros.

En promedio, en una mina hace falta extraer unas 23 toneladas de material para encontrar 1 quilate de diamante. El término proviene del griego “keration”, que significa algarrobo. Las semillas de ese fruto tienen la particularidad de tener un peso muy regular cada una de ellas, unos 200 miligramos, por eso se convirtieron en patrón para pesar joyas.

El diamante más grande fue hallado en Suráfrica. Fue descubierto por Sir Thomas Cullinan (por eso es conocido como “diamante Cullinan”) en 1905. Tenía 3.106 quilates, equivalentes a un poco más de medio kilogramo (560 g).

Con el tiempo fue cortado en piezas más pequeñas (9 grandes, entre ellas el segundo diamante tallado más grande del mundo, y 92 pequeños). Empero, el diamante tallado más grande del mundo no es el Cullinan I sino uno llamado Golden Jubilee.

En 1928 un granjero llamado William Hones, mientras plantaba rábanos en su campo de Petersburg, en Virginia Oeste, Estados Unidos, descubrió una piedra transparente y brillante, que le pareció bonita, y se la llevó a su casa como una curiosidad. Quince años después descubrió que la supuesta curiosidad era un diamante de 32 quilates, uno de los más grandes jamás encontrados en el continente americano.

Uno de los 100 diamantes más grandes del mundo, llamado “diamante Victoria-Transvaal”, fue estrella de una película de Tarzán llamada “La furia salvaje de Tarzán”. El diamante era el supuesto ojo de un ídolo de la selva.

El diamante más grande conocido se encuentra a 50 años luz de la Tierra, en la constelación de Tauro. Por lo que se ha descubierto, es un enorme asteroide de 4 mil kilómetros de diámetro, constituido casi totalmente de carbono cristalizado.