La vida es como un viaje en un tren, con sus estaciones, sus cambios de vías, y sus accidentes.
Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres creyendo que siempre viajarán a nuestro lado,
pero la mayoría de las veces en alguna estación ellos se bajarán primero dejándonos continuar el viaje.
De la misma forma se subirán otras personas que serán significativas:
nuestros hermanos, amigos, hijos y hasta el amor de nuestra vida.
Muchos bajarán y dejarán un vacío permanente,
otros pasan tan desapercibidos que ni nos damos cuenta que desocuparon sus asientos.
Este viaje estará lleno de alegrías, tristezas, fantasías, esperas y despedidas....
El éxito consiste en tener una buena relación con todos los pasajeros,
en dar lo mejor de nosotros, apreciar el paisaje y lo grandioso del viaje ya que el gran misterio para todos,
es que no sabemos en que estación nos bajaremos, por eso, debemos vivir de la mejor manera
, amar y perdonar, así, cuando llegue el momento de desembarcar y quede nuestro asiento vacío,
dejemos bonitos recuerdos a los que continúan viajando en el tren de la vida.
Les deseo que su viaje esté siempre lleno de alegrías,
de personas llenas de amor que los acompañen y sobre todo de bendiciones.
¡A vivir el viaje al máximo cada día! Dios los bendice, que tengan una extraordinaria semana.