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General: TE DEJARON.... ¿ COMO OLVIDAR...?
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: SCCHEREZADA  (Mensaje original) Enviado: 05/12/2013 14:56

TE DEJARON... ¿ Como olvidar?


El amor es como una travesía, como adentrarse en el mar; con sus tormentas y sus remansos, sus riesgos y sus zozobras, pero el poder de su atracción es tal, que uno no mide el peligro, y al soltar amarras, nunca se sabe si se va a llegar a puerto o si se va a naufragar...

 ¿Adónde está el alivio luego de terminar una relación?

Nos preguntamos adónde como si quisiéramos que alguien nos dijera "ve a la farmacia y ahí encontrarás el alivio; lo venden en cápsulas". Si así fuera, en este momento nos desplazaríamos volados para ir a conseguirlo, aunque
estuviera al otro lado de la ciudad o al otro lado del mundo. Al extrañar a quien se fue, obviamente sentimos que nuestro remedio es él/la. Pero precisamente de lo que se trata aquí es de encontrar el alivio sin esa persona, de olvidarla, porque ya no está, es como si no existiera; es más, de hecho, para ti ya no existe.

 Al terminar una relación uno cree -equivocadamente- que nadie se ha sentido igual, tan mal, tan destrozado/a, porque no cabe duda de que uno se siente total e irremediablemente solo. Por más que alguna amiga o amigo diga "te comprendo" o "yo pasé por lo mismo", uno cree que no es así, que lo que uno siente es único, y que sin duda es peor, mucho peor.

Además, el que otra persona haya experimentado o esté experimentando el mismo proceso, no soluciona nuestro problema, no nos basta; hablar con las amigas en el caso de las mujeres ayuda a desahogar y su apoyo puede
brindarnos un rato de consuelo; sentirnos comprendidos/as sin duda reconforta, pero la verdad es que no alivia.

Así que desafortunadamente el remedio no está en algún lugar adonde podemos ir a conseguirlo; tampoco está en otra persona por cercana que ésta sea, porque esa medicina que buscamos está nada más y nada menos dentro de uno mismo. Nadie te va a dar la solución salvo tú mismo, porque el alivio está en ti.

¿Olvidar de la noche a la mañana?
Hasta ahora no conozco a nadie que haya logrado desaparecer con un tronar de dedos como en un acto de magia, el dolor, la tristeza, el coraje y, en general, todo el cúmulo de sentimientos negativos e incómodos que deja el
rompimiento de una relación. No creo que exista el ser humano que logre olvidar de un día para otro, porque el olvido es un proceso.

Proceso, en términos generales, significa que es algo que sigue una evolución, que tiene que pasar por varias etapas, que requiere un trabajo de elaboración, que no es mecánico o automático, y que por lo mismo toma
tiempo.

El terminar con la persona amada puede equipararse a la extirpación de un órgano vital; sí, vital, porque sentimos que por dentro algo murió en nosotros/as o que una parte murió. Andamos como autómatas, como en un mundo
irreal desvinculado de lo que sucede a nuestro alrededor, nos cuesta trabajo concentrarnos, la presencia de otras personas nos molesta, las oímos hablar pero estamos muy lejos de ahí, como en el limbo. Hay quien expresa que su sensación es, incluso, como si le costara trabajo respirar, o como si intentara subir por una escalera cuando le han amputado las piernas.

Además de la extirpación de ese órgano vital, esta intervención quirúrgica que es el rompimiento de nuestra relación, nos deja una herida abierta. Y de manera semejante a una operación, es imposible sentirse bien, recuperado, en un dos por tres. Hay que tenerse paciencia y recobrar las fuerzas poco a poco; estamos convalecientes. Hay que esperar a que la herida cierre, cicatrice y finalmente deje de doler. Al principio se requieren ciertos analgésicos; en el caso de algunas personas esto significará dormir, llorar, aislarse un poco; a otras personas les funcionará aturdirse, llenarse de trabajo y actividades; algunas preferirán dedicarse a hacer ejercicio como si fueran a competir en las Olimpiadas; otras, a descansar y reposar; unas más, a hablar y hablar del asunto. Lo cierto es que sólo una combinación de entendimiento, tiempo y determinación es lo que te sacará adelante.

Por eso, una primera sugerencia es: la herida necesita aire; no la estés tocando y manoseando para que no vuelva a sangrar; es decir, no te atormentes más, no le eches más leña a la hoguera. Admite que estás triste, deja ser a la tristeza; no finjas, no trates de estar alegre, eso es forzarte e implica un doble esfuerzo que sólo te hará sentir más mal, pero en el fondo de ti mismo/a repítete que esta etapa tan difícil y dolorosa es transitoria, que es sólo parte del proceso de convalecencia, que no vas a quedarte así por mucho tiempo, que pronto volverás a ser tú mismo/a.

Dejar de amar de la noche a la mañana es prácticamente imposible. Al amar hemos encaminado nuestro tren en un sentido; olvidar implica detener ese tren que iba a toda velocidad en una dirección, frenarlo y darle la vuelta
para que transite en sentido contrario y cambie de vía. En esta maniobra es lógico que rechine la maquinaria, que el impacto nos golpee.

Sin embargo, podemos ayudarnos a aliviar el impacto y a facilitarnos la maniobra mediante una buena higiene mental y recurriendo a los mecanismos y herramientas que tenemos en nosotros mismos.

El proceso del olvido no es lineal; es decir, no todos los días avanza uno, o más bien dicho, no todos los días siente uno que avanza. Hay días en que ya cree uno estar mucho mejor, como que ya ve la luz después del túnel, y
luego al día siguiente se siente uno fatal, como si hubiera retrocedido. En realidad no es así; como en todo proceso de recuperación, puede haber días malos, pero después de alguna manera hay un salto y remonta uno el trecho
perdido. Podemos decir que el olvido no es lineal pero sí es progresivo; por ello, poco a poco la sensación insoportable va disminuyendo o va y vienepero ya no es constante.

El laberinto del ¿por qué?

Sentir tristeza, dolor y coraje por el abandono del ser amado es no sólo natural, sino necesario en el proceso curativo; lo que no es sano es convertirlo en obsesión.

Sin embargo es común que la persona abandonada se obsesione con quien la abandonó porque al ser abandonadas nos sentimos rechazados, y el rechazo puede suscitar obsesión. Hay veces en que las decisiones que toma el otro
nos resultan inexplicables. Una y otra vez nos preguntamos ¿por qué? ¿Por qué falló nuestra relación? ¿Por qué se fue? ¿Por qué me dejó?

Puede haber miles de respuestas a esta duda; casi tantas como casos de abandono encontremos, y a la vez múltiples respuestas para cada caso en particular, pero por distinto que sea cada caso, todos tienen algo en común: si la relación terminó es porque él/ella no era la persona adecuada para ti o porque dejó de serlo. Y si él decidió que tú no eras la persona adecuada para él/ella, tarde o temprano él/ella tampoco lo sería para ti, porque no podría responderte como tú lo necesitas, no estaría en posibilidades de darte lo que te hace falta, habría un desequilibrio, una desigualdad que los conduciría a la incompatibilidad.

Cada quien tiene sus motivaciones, sus razones, su jerarquía de valores, su muy particular visión de la vida, sus cualidades y defectos, sus aciertos y equivocaciones. Si él te dejó, puede que el problema esté en él y no en ti,
que su alejamiento no tenga nada que ver contigo, sino con sus propias incapacidades o hasta con sus traumas y complejos. Si después de un análisis honesto de ti misma en el caso de una mujer no encuentras razón de peso para que él se haya alejado, no te atormentes ni pierdas el tiempo tratando de buscarle cinco pies al gato; si su decisión no te atañe ¿qué caso tiene culparte inútilmente? Y si el alejamiento se debe a que él no supo amarte ni
valorarte, a que no tomó en cuenta tus sentimientos ni tus necesidades, ya sea por su inmadurez, por su egoísmo o por su falsedad ¿Para qué lo quieres contigo si no vale la pena? "Si la escalera no está apoyada en la pared
correcta, cada paso que demos no hará más que acercarnos al lugar erróneo".

Cabe la posibilidad de que nunca llegues a saber a ciencia cierta por qué se fue, por qué tomó la decisión de separarse de ti, debido a que muchas veces ni la otra persona sabe bien a bien qué fue lo que la impulsó a tomar un camino diferente. Esa tarea de escudriñar en su interior es responsabilidad y asunto de él, y puede llevarle años o la vida entera. ¿Para qué te tomas tú la molestia de andar interpretando lo que a él o ella a lo mejor ni le
interese desentrañar? ¿Vas a dedicarle tu tiempo, tu valioso tiempo a un acertijo que tal vez no tenga solución? Eso es como meterte en un laberinto que sólo te alejará más y más de tu meta, de tu recuperación.

¿Qué hacer para no sufrir?
El primer paso para dejar de sufrir es entender por qué se sufre.

Sufro porque yo me hago sufrir; sufro cuando me opongo a la realidad. Y la raíz de este sufrimiento es el apego.

Apegarse a alguien significa creer erróneamente que sin él o ella no podemos vivir, que nos es indispensable e imprescindible. El apego es nublar el pensamiento y obcecarse, es estar atado, estar preso y querer apresar, es
depender y aferrarse, es perder la libertad. Apegarse no es amar. El amor es como el agua que corre; si intentas retenerla/o se te escurre entre las manos.

Un proverbio japonés que leí en uno de sus libros decia: "Si las entiendes, las cosas son lo que son; y si no las entiendes... las cosas son lo que son". Así que de todas maneras la realidad manda. Si te adaptas a ella, todo
será más fácil; si te opones, la única persona que sale perdiendo eres tú, porque es como estrellarte contra una roca.

Si la situación no está en nuestras manos, lo que sí lo está es la manera en que escojamos reaccionar ante ella; la responsabilidad de sentirse bien o mal está en uno mismo, está en ti.


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: LEO-MARI Enviado: 06/12/2013 16:33
QUERER Y QUE NO TE QUIERAN, DURO DEBE SER

PERO HAY QUE SEGUIR ADELANTE, SIEMPRE AMANECE OTRA VEZ

CON NUEVAS ILUSIONES Y NUEVAS ESPERANZAS

GRACIAS AMIGA POR TAN LINDO MENSAJE

ABRAZOTE, LEONOR


 
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