¿Involucrarse?
¿Debe uno socorrer a alguien que esta sufriendo violencia? Algunos dirían que si, otros que no y aun un tercer grupo diría que esto depende de las circunstancias. La historia de hoy trata justamente acerca de este tema.
Se cuenta que un hombre caminaba una noche por una calle escasamente iluminada. Repentinamente escuchó unos gritos detrás de unos arbustos. A solo unos metros de distancia, una mujer estaba siendo atacada por un hombre. Al ver aquello, esta persona se preguntó: ¿Debo socorrer a esta señorita? ¿Tendrá el malhechor un arma de fuego? ¿Debo limitarme solo a llamar a la policía?
Finalmente decidió intervenir a pesar de los riesgos. Corrió entre los arbustos y forcejeó con el atacante por unos minutos hasta que por fin se escapó. Luego se acercó a la joven y le ayudó a levantarse del suelo. Inmediatamente la tranquilizó con sus suaves palabras y le dijo: "Estas a salvo, gracias a Dios el atacante huyó."
Hubo un prolongado silencio, luego del cual la muchacha exclamó sorpresivamente: "¡Papi, eres tu! ¡Gracias por socorrerme!" Aquel hombre miró fijamente a la muchacha, no lo podía creer, se trataba de su ultima hija llamada Katherine. En aquel momento pensó en lo que hubiera sucedido si el no hubiera intervenido en aquella noche. Pensar que estuvo a punto de seguir por su propio camino.
Esta historia me recuerda aquellas profundas palabras de la Biblia donde dice: "Ama a tu prójimo como a ti mismo."
Pregunta: ¿Estas ayudando a los demás? ¿Eres sensible a las necesidades de las demás personas? (D.A)